Las comisiones de mantenimiento de cuenta son ese cargo silencioso que aparece en tu extracto bancario cada pocos meses, un pellizco que la mayoría asumimos con resignación. Sin embargo, lo que casi nadie sabe es que, para miles de personas, especialmente para los mayores de 65 años, ese cobro es directamente ilegal. Ricardo Soler, con la perspectiva que le dan 40 años dirigiendo oficinas, lo tiene claro: es una práctica generalizada. ¿Por qué nadie nos ha contado esto?
El sistema se apoya en una verdad incómoda: la desinformación. Mientras tú te encoges de hombros, tu banco podría estar incumpliendo la ley a sabiendas, amparándose en la complejidad de la normativa y en que nadie va a reclamar unos pocos euros. Pero esos euros, sumados mes a mes y multiplicados por miles de clientes, son un negocio millonario. Según Ricardo, existe una ley que prohíbe explícitamente cobrar este servicio a clientes considerados vulnerables, un colectivo en el que entran muchísimos pensionistas.
¿UN SECRETO A VOCES DENTRO DE LA BANCA?

La banca, como cualquier negocio, busca maximizar sus beneficios, pero a veces cruza una línea muy fina. Ricardo nos cuenta que el cobro indebido de comisiones de mantenimiento de cuenta a jubilados no es una excepción, sino una práctica tristemente extendida. Lo saben, pero no actúan de oficio. Esperan a que el cliente se dé cuenta y reclame, algo que rara vez ocurre, porque la banca cuenta con que la mayoría de los clientes, sobre todo los de mayor edad, no leen la letra pequeña ni están al día de los cambios legislativos.
Esta situación genera una profunda sensación de impotencia. Te sientes como David contra Goliat, luchando contra un sistema diseñado para que te rindas. Muchas personas mayores ven el cargo, se quejan en voz baja pero no dan el paso de reclamar formalmente, asumiendo que el banco siempre gana. Precisamente por eso, las entidades siguen aplicando estas comisiones de mantenimiento de cuenta, ya que muchos afectados asumen este cargo como inevitable y ni se plantean que podría ser ilegal.
LA LEY QUE TE PROTEGE Y QUE TU BANCO PREFIERE QUE IGNORES
El escudo legal que ampara a los más desprotegidos tiene un nombre concreto: Real Decreto-ley 19/2018. Esta normativa, que entró en vigor para trasponer una directiva europea, cambió las reglas del juego. Su objetivo era claro: garantizar que todo el mundo tuviera acceso a servicios bancarios esenciales sin que el coste fuera una barrera. Para ello, obligó a los bancos a eliminar las comisiones de mantenimiento de cuenta para ciertos perfiles, porque esta normativa obliga a las entidades a ofrecer una ‘cuenta de pago básica’ gratuita o muy barata a quienes cumplan unos requisitos.
El concepto clave aquí es el de «situación de especial vulnerabilidad» o «riesgo de exclusión financiera». Y es en esa definición donde entran muchísimos de nuestros mayores. Aunque la ley no se dirige exclusivamente a ellos, los pensionistas con rentas bajas son uno de los colectivos más beneficiados. El espíritu de la norma era proteger a quienes más lo necesitan, pero si el banco no te informa de tus derechos sobre las comisiones de mantenimiento de cuenta, la ley fue diseñada para garantizar la inclusión financiera y proteger a los colectivos más frágiles de cargos abusivos.
¿ESTÁS PAGANDO DE MÁS? COMPRUEBA SI CUMPLES LOS REQUISITOS

Aquí es donde hay que prestar atención, porque no todos los pensionistas tienen derecho a esta exención. La ley marca unos umbrales económicos muy específicos basados en el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). Para que te hagas una idea, una persona que vive sola no debería superar unos ingresos brutos de unos 1.200 euros al mes para ser considerada vulnerable. Esta cifra varía si hay más miembros en la familia. Por eso, es fundamental saber que los ingresos de la unidad familiar no deben superar ciertos umbrales establecidos por ley para poder librarte de las comisiones de mantenimiento de cuenta.
Además de los ingresos, no se puede ser propietario de bienes o tener un patrimonio que indique que no se necesita esta protección. Por ejemplo, si tienes una segunda vivienda (aparte de la habitual) o un capital mobiliario considerable, no podrías acogerte a esta medida. La entidad te pedirá documentos que lo demuestren, como la declaración de la renta o el certificado de prestaciones. Aunque el papeleo pueda parecer un engorro, la condición de vulnerabilidad debe acreditarse documentalmente ante la entidad bancaria para que dejen de cobrarte estos gastos en la cuenta.
«QUE NO TE TOMEN EL PELO»: PASOS PARA RECLAMAR LO QUE ES TUYO
Una vez que has comprobado que cumples los requisitos, llega el momento de actuar. Ricardo insiste en que no hay que tener miedo ni sentirse intimidado. Lo primero es ir a tu oficina y hablar con el director o un gestor. No vayas con las manos vacías. Prepara los documentos que acrediten tus ingresos y tu situación. Debes solicitar formalmente la aplicación del Real Decreto-ley 19/2018 y la cancelación de las comisiones de mantenimiento de cuenta, porque el primer paso es presentar un escrito formal en tu sucursal solicitando la aplicación de la normativa y la devolución de los importes cobrados indebidamente.
Si en la sucursal te dan largas, no te des por vencido. El siguiente paso es poner una reclamación formal en el Servicio de Atención al Cliente de tu propio banco. Tienen un plazo legal para responder. Y si aun así la respuesta es negativa o no llega, tienes la última y más poderosa herramienta: el Banco de España. Su servicio de reclamaciones es gratuito y sus resoluciones, aunque no son vinculantes, suelen ser acatadas por las entidades. Es tu derecho reclamar las comisiones de mantenimiento de cuenta, así que si la entidad no responde o se niega, el siguiente paso es elevar la queja al Banco de España.
EL DINERO QUE TE PERTENECE: UNA CUESTIÓN DE DIGNIDAD

Puede que estemos hablando de 30, 60 o incluso más de 100 euros al año, una cantidad que para un banco es insignificante, pero que para una persona con una pensión ajustada es un mundo. La lucha por eliminar estas comisiones de mantenimiento de cuenta no es una cuestión de avaricia, sino de dignidad. Es negarse a que se aprovechen de ti por ser mayor o por no entender un lenguaje financiero diseñado para confundir. De hecho, para muchos pensionistas, esos euros mensuales marcan una diferencia real en su día a día y suponen un alivio en su economía.
Ricardo lo resume con una frase contundente: “El dinero que te quitan sin derecho es tuyo, y pelear por él es un ejercicio de auto-respeto”. La información es la mejor arma contra los abusos. Compartir este conocimiento, contárselo a nuestros padres, abuelos o vecinos, es una responsabilidad colectiva. Dejar de pagar las comisiones de mantenimiento de cuenta es posible y legal para miles de personas. Solo hace falta saberlo y dar el paso, porque conocer tus derechos es la única herramienta para evitar que la letra pequeña se convierta en una injusticia.