La princesa Leonor comenzó una nueva etapa que marcará su futuro como heredera al trono. A sus 19 años, dejó atrás la solemnidad del Palacio de la Zarzuela para integrarse en la vida militar en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier. Sus primeras 24 horas estuvieron cargadas de emociones, disciplina y descubrimientos, en un ambiente donde la exigencia convive con la camaradería.
Aunque los nervios eran palpables, la princesa Leonor mostró un autocontrol sorprendente; saludó con firmeza, se presentó como la alférez Borbón Ortiz y dejó claro que llegaba no solo como heredera, sino también como una cadete más. Su madurez, reflejada en gestos seguros y en la manera de relacionarse con sus compañeros y superiores, evidenció la transformación de aquella joven tímida que solía refugiarse tras sus padres.
3Un futuro en el horizonte

Estas primeras 24 horas han sido reveladoras, y la princesa Leonor afrontó cada desafío con serenidad y firmeza, mostrando una madurez que va más allá de su edad. Aprender a pilotar será uno de los grandes retos de este último año de formación militar, un proceso que refuerza tanto sus capacidades como su preparación institucional.
La heredera al trono sabe que este camino no se limita a lo militar, es también un aprendizaje humano que consolida su compromiso como futura jefa de las Fuerzas Armadas. Con disciplina, autocontrol y un horizonte abierto hacia el cielo, la princesa Leonor ha iniciado una etapa clave en la que ya no se percibe timidez, sino determinación y responsabilidad.