Un preso muerde y rompe dos costillas a un funcionario de prisiones en Sevilla

Un preso de la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla II) agredió a un funcionario la tarde del pasado 30 de agosto, le propinó un puñetazo rompiéndole dos costillas y le dio un mordisco en el brazo.

El 30 de agosto, sobre las 17:00h de la tarde, tras la bajada de celdas y una vez que
los funcionarios ya estaban en la sala de día, un interno identificado por las siglas F.G.L., comenzó a desafiar a los funcionarios gritando frases incoherentes como: «Me estáis castigando, no me dejáis dormir porque me tenéis activado» y «apagadme de una vez, dejadme dormir». Entonces los funcionarios, en aplicación del protocolo, le pidieron al interno que pasara a la zona de seguridad para aislar la situación que estaba provocando y así tratar de calmarle. Pese a los múltiples intentos de los funcionarios para calmar al interno, éste no se mostraba receptivo, y al contrario, cada vez se iba poniendo más tenso y violento.

En ese momento, de forma repentina, el interno agarró por el cuello a uno de los funcionarios, le propinó golpes en el costado, llegando a romperle dos costillas, y le mordió en el brazo.

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Gracias a la rápida intervención del Jefe de Servicio y del resto de la plantilla, se consiguió reducir al interno.

El funcionario fue asistido en la enfermería del centro penitenciario, requirió asistencia hospitalaria y además deberá realizarse un seguimiento médico durante el período de un año para verificar que no hayas sufrido algún tipo de contagio biológico tras ser mordido por el interno.

«No se puede tolerar la creciente ola de agresiones que se está sufriendo en el Centro Penitenciario Sevilla II, ya que en solo dos meses se han producido 4 agresiones graves en el
centro», dicen desde el sindicato ACAIP.

Desde ACAIP «mandamos todo nuestro apoyo al compañero agredido y le deseamos una pronta recuperación, y reclamamos medidas reales y efectivas por parte de la dirección del centro para evitar esta oleada de graves agresiones».

Y añaden que son necesarias varias medidas, como «el reconocimiento del personal penitenciario como agentes de la autoridad, así como la aplicación efectiva del principio de indemnidad, para garantizar la protección jurídica que corresponde a su función. La formación continua en defensa personal para todo el personal penitenciario para evitar y repeler este tipo de agresiones. El traslado urgente de este interno a otro Centro Penitenciario. El desarrollo urgente de un nuevo protocolo de agresiones, dado que el vigente se ha demostrado ineficaz. Este debe incluir medidas preventivas, criterios de actuación y apoyo institucional para el personal agredido».

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