El estado de ánimo es un termómetro invisible que marca la forma en que vivimos el día a día. No siempre somos conscientes de hasta qué punto pequeñas acciones pueden influir en cómo afrontamos las horas siguientes. Los expertos coinciden en que no se trata únicamente de grandes cambios en la rutina, sino de incorporar gestos sencillos que actúan como un impulso positivo desde primera hora.
Un reciente estudio ha revelado que el estado de ánimo puede mejorar notablemente gracias a un hábito matutino tan simple que sorprende por su efectividad: exponerse unos minutos a la luz natural nada más despertar. Esta práctica, lejos de ser una moda pasajera, tiene una base científica sólida que explica su impacto en la química cerebral y en la regulación de nuestros ritmos internos.
1El estado de ánimo y la importancia de la luz natural

El estado de ánimo está estrechamente vinculado a la exposición a la luz. La ciencia demuestra que la luz solar estimula la producción de serotonina, la llamada “hormona de la felicidad”. Este neurotransmisor es clave para mantener la calma, la concentración y la sensación de bienestar general. Por eso, abrir las persianas al levantarse o salir unos minutos al balcón puede marcar la diferencia entre un día apático y uno lleno de energía.
Los especialistas en neurociencia explican que la luz matutina también regula la melatonina, la hormona encargada de inducir el sueño. Al ajustar estos ciclos, se evita la somnolencia prolongada durante la mañana y se prepara al organismo para un descanso más reparador por la noche. En consecuencia, el estado de ánimo se estabiliza y se reducen los altibajos emocionales que muchas personas experimentan sin saber por qué.