Caminar es uno de esos hábitos que parecen demasiado sencillos como para tener un gran impacto, pero lo cierto es que incluso dedicar apenas diez minutos al día puede marcar la diferencia en la salud. No hace falta correr maratones ni pasarse horas en el gimnasio para empezar a notar cambios en el cuerpo, y eso es algo que los expertos en fitness vienen recordando con insistencia en los últimos años. Lo mejor es que no se necesita equipamiento especial ni grandes inversiones de tiempo para empezar a cuidarse.
El cuerpo responde de manera sorprendente a este gesto tan cotidiano. Aumenta la circulación, se activan músculos que suelen permanecer inactivos y la mente recibe un pequeño respiro frente al ritmo frenético diario. Caminar durante un corto periodo de tiempo se convierte en un aliado silencioso que ayuda a mantener el equilibrio físico y mental, sin necesidad de grandes sacrificios. Incluso quienes llevan una vida muy ocupada pueden aprovechar esos diez minutos para invertir en su bienestar.
2Una caminata diaria ayuda a fortalecer músculos y articulaciones

El impacto positivo de caminar no se limita al corazón. También las piernas, caderas y espalda se benefician de este movimiento repetitivo. Los músculos se tonifican, las articulaciones se lubrican y la postura corporal mejora poco a poco, algo esencial para quienes pasan largas horas sentados frente a una pantalla. Incluso personas de edad avanzada pueden notar cómo disminuye la rigidez con tan solo incorporar esta práctica.
Los fisioterapeutas señalan que caminar ayuda a prevenir dolores musculares crónicos y aporta estabilidad a los huesos gracias al refuerzo de la masa ósea. Incluso un corto paseo diario disminuye la rigidez y proporciona mayor flexibilidad al cuerpo, lo que lo convierte en una especie de medicina natural contra el sedentarismo. Al final, esos diez minutos son una inversión sencilla para mantener el cuerpo más fuerte y resistente frente al desgaste diario.