4 hábitos para prevenir la placa bacteriana

La placa bacteriana es uno de los principales problemas que afectan a la salud de tu boca, y lo peor es que se forma constantemente, incluso aunque no lo notes. Está compuesta por bacterias y restos de alimentos que se adhieren a los dientes y encías, y si no la eliminas a tiempo, puede derivar en caries, sarro, inflamación o enfermedades periodontales. La buena noticia es que puedes mantenerla bajo control con unos hábitos muy sencillos que, si los incorporas a tu día a día, marcarán una gran diferencia en tu higiene bucodental.

Cepíllate con técnica y constancia

Parece obvio, pero no todo el mundo se cepilla bien los dientes. Si quieres prevenir la aparición de la placa bacteriana, debes hacerlo al menos una vez después de cada comida y dedicarle el tiempo suficiente. No vale con pasarte el cepillo por encima de forma rápida, sino que necesitas unos dos minutos por sesión para asegurarte de limpiar todas las caras de cada diente, sin olvidar la línea de las encías y la lengua.

Además, nuestra recomendación es que uses un cepillo de cerdas suaves y hagas movimientos circulares, sin aplicar demasiada fuerza. Presionar más no significa limpiar mejor, y de hecho puede dañar el esmalte o irritar las encías. Asimismo, cambia el cepillo cada tres meses o antes si ves que las cerdas están desgastadas. Lo importante es que el cepillo que elijas, sea manual o eléctrico, se adapte bien a tu boca y te permita realizar una limpieza eficaz.

Publicidad

No te saltes el hilo dental

Aunque te cepilles de forma impecable, el cepillo no llega a todas las zonas, y los espacios entre los dientes son uno de los lugares donde más placa se acumula. El hilo dental te ayuda a eliminar esos restos de comida y bacterias que se alojan en las zonas interdentales, evitando que se conviertan en sarro y que provoquen inflamación o mal aliento.

Incorporar este hábito a tu rutina puede parecer engorroso al principio, pero en cuanto te acostumbres notarás una gran diferencia. Solo necesitas unos minutos al día para cuidar una parte de tu boca que muchas veces se olvida. Si lo haces con cuidado, sin forzar ni dañar las encías, estarás dando un paso clave para mantener tu boca limpia y sana.

Mantén una alimentación que cuide tu boca

Lo que comes también influye mucho en la formación de placa. Los azúcares, los alimentos ultra procesados y las bebidas azucaradas o ácidas alimentan las bacterias que generan la placa. Si quieres reducir su aparición, intenta limitar el consumo de estos productos, sobre todo entre horas, cuando es más difícil limpiar los dientes inmediatamente después.

A cambio, puedes apostar por frutas y verduras, como las manzanas, las zanahorias o el apio, que ayudan a limpiar los dientes de forma natural mientras masticas. Además, beber agua con frecuencia es fundamental, pues no solo ayuda a arrastrar restos de comida, sino que también estimula la producción de saliva, una aliada natural que neutraliza los ácidos de la boca y protege tus dientes.

Visita al dentista con regularidad

Aunque mantengas una higiene excelente y sigas una dieta equilibrada, siempre habrá zonas que se escapen a tu control. Por eso, acudir al dentista al menos una vez al año es esencial para mantener tu salud bucodental a largo plazo. Las revisiones periódicas permiten detectar la placa acumulada, eliminar el sarro y comprobar el estado de tus encías y dientes antes de que aparezca cualquier problema serio. Además, una limpieza profesional realizada por un especialista es la forma más eficaz de dejar tu boca libre de placa y bacterias resistentes.

En definitiva, prevenir la placa bacteriana no es complicado, pero sí requiere compromiso diario. Recuerda que tu sonrisa no solo habla de ti, sino que también refleja cómo te cuidas por dentro y por fuera.

Publicidad
Publicidad
Publicidad