Autopsias 4.0  o virtopsias: La inteligencia artificial en la práctica forense

En el mundo de la ciencia forense pocas cosas permanecen estáticas. Cada avance tecnológico abre nuevas posibilidades, y cada innovación plantea una pregunta: ¿puede aplicarse para mejorar la búsqueda de la verdad? El Dr. Carlos Cuadrado Gómez-Serranillos, perito experto en ciencias forenses, ha respondido con hechos a esa pregunta al convertirse en pionero en España en el uso de gafas con inteligencia artificial para la realización de segundas autopsias o autopsias privadas.

La escena resulta llamativa: el perito se coloca unas gafas, que no solo graban lo que observa, sino que analiza en tiempo real el cadáver. Pequeñas lesiones en la piel apenas perceptibles, cambios en los tejidos, fases cromáticas… todo queda registrado y destacado en la pantalla de visión aumentada. Pero lo más innovador es que, al mismo tiempo, otros especialistas pueden conectarse desde diferentes lugares y ver lo mismo que el forense está observando. La autopsia deja de ser un acto cerrado para convertirse en un proceso colaborativo, abierto y verificable desde diferentes sitios al mismo tiempo.

La demanda de segundas autopsias se ha disparado en los últimos años. Muchas familias, al recibir un informe oficial del instituto de medicina legal, sienten que hay cabos sueltos, lagunas o incluso errores. No buscan enfrentarse al sistema, sino simplemente confirmar que la verdad está completa. En esos casos, recurren a peritos independientes como el Dr. Carlos Cuadrado Gómez-Serranillos, quien subraya que estas exploraciones “no son un capricho, sino una necesidad cuando la primera autopsia no ha respondido a todas las preguntas”.

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La introducción de gafas con inteligencia artificial añade un valor único. Cada paso queda registrado en alta resolución, lo que permite reconstruir la autopsia después, revisarla con calma y mostrarla a jueces y abogados. Además, la tecnología puede generar modelos tridimensionales de órganos y lesiones, de modo que un tribunal no tenga que conformarse con una explicación técnica, sino que pueda visualizar directamente el daño.

El verdadero salto cualitativo, sin embargo, está en la conectividad en tiempo real. Estas gafas permiten que otros expertos se unan a la autopsia desde cualquier parte del mundo, aportando sus conocimientos al instante. De esa manera, un patólogo, un toxicólogo y un criminólogo pueden analizar juntos los hallazgos sin necesidad de estar físicamente en la sala de disección.

En este punto es imposible no hablar del papel de los criminólogos, especialmente en casos de muertes violentas. Profesionales como Elena de la Plaza y Jesús Roa, con años de estudio en investigación criminológica, aportan una visión complementaria imprescindible. Mientras que el perito forense se centra en el cuerpo y en las pruebas biológicas, el criminólogo analiza el contexto del crimen, los patrones de comportamiento y la dinámica de los hechos. En una autopsia con IA, esta colaboración se multiplica: el criminólogo puede observar la lesión en directo, plantear hipótesis y relacionarlas con los indicios recogidos en la escena.

La importancia de su papel es doble. Por un lado, ayuda a evitar que la muerte se interprete únicamente desde un prisma médico, integrando la dimensión conductual y social del hecho violento. Por otro, fortalece la prueba en el ámbito judicial, porque el juez recibe un informe mucho más completo y multidisciplinar. El Dr. Carlos Cuadrado Gómez-Serranillos lo resume de forma sencilla: “La verdad científica nunca es obra de un solo experto; cuanto más amplio sea el análisis, más cerca estaremos de comprender lo que ocurrió”.

En los tribunales, el impacto es evidente. Hasta ahora, el valor probatorio de una autopsia privada dependía en gran medida de la reputación y credibilidad del perito. Con las Autopsias 4.0, la palabra del experto se ve reforzada por pruebas audiovisuales, registros digitales y la participación simultánea de varios profesionales. Todo ello reduce la subjetividad y otorga una solidez mayor a la pericia.

No es extraño que este proyecto haya despertado interés más allá de nuestras fronteras. En Europa son pocos los peritos que han incorporado estas tecnologías a su trabajo, lo que sitúa a España en una posición de vanguardia. Los criminólogos y forenses que colaboran con el Dr. Cuadrado Gómez-Serranillos, ya trabajan en la difusión de este modelo, convencidos de que en pocos años se convertirá en un estándar de calidad en la práctica forense.

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Supone pasar de una autopsia basada en la observación individual a un procedimiento interactivo, transparente y colectivo, en el que la tecnología no sustituye al ser humano, sino que amplifica su capacidad de análisis. Esta herramienta no pretende sustituir ni cuestionar el trabajo del médico forense, sino completar la investigación en casos violentos.

Y es precisamente en esa unión entre tradición y vanguardia donde se encuentra la fuerza de las Autopsias 4.0: una práctica que honra el pasado, responde al presente y prepara a la ciencia forense para los retos del mañana.

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