El estado de ánimo no solo depende de las experiencias del día a día o de la calidad del sueño. Cada vez más estudios señalan que la alimentación juega un papel decisivo en cómo nos sentimos, ya que ciertos productos pueden potenciar la energía y la claridad mental, mientras que otros hacen justo lo contrario. Lo que elegimos poner en el plato termina reflejándose en la mente y en el cuerpo.
Lo sorprendente es que, sin darnos cuenta, hay un alimento muy común que podría estar saboteando nuestro estado de ánimo. Su consumo habitual no solo afecta la salud física, sino que también interfiere en los niveles de energía y en la estabilidad emocional. Cambiarlo por alternativas más saludables puede traer mejoras inesperadas y un mayor bienestar en cuestión de semanas.
2Cómo reemplazarlo sin sufrir en el intento

Cambiar los hábitos no significa renunciar a lo dulce para siempre. Una manera de proteger tu estado de ánimo es sustituir el azúcar refinado por opciones naturales como la miel, el sirope de agave o la stevia. Estos endulzantes, usados con moderación, permiten seguir disfrutando del sabor dulce sin los efectos bruscos en la energía y las emociones.
Otra estrategia útil es aumentar el consumo de frutas frescas, que aportan azúcares naturales acompañados de fibra, vitaminas y minerales. De esta forma, el estado de ánimo se mantiene más estable, ya que la liberación de energía es más lenta y duradera. El cambio no es inmediato, pero tras unos días el cuerpo comienza a adaptarse y los beneficios se hacen evidentes.