El bosque mágico de Galicia que se esconde en A Coruña y deslumbra a toda Europa

Galicia guarda lugares maravillosos pero este bosque es, sin duda, uno de los mejores. Descubre a qué lugar nos referimos y seguramente estará en tu lista de viajes de este año.

Galicia es tierra de misterios, leyendas y paisajes que parecen sacados de un cuento. En A Coruña, en pleno corazón de la provincia, se esconde un lugar que ha sabido conquistar tanto a locales como a viajeros europeos: el Parque Natural Fragas do Eume. Este rincón, considerado uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados del continente, ofrece una experiencia en la que la naturaleza, la historia y la tradición gallega se entrelazan con un magnetismo especial.

Visitar Galicia siempre significa encontrarse con paisajes sorprendentes, pero Fragas do Eume tiene algo distinto. La frondosidad de sus árboles, el rumor constante del río y la sensación de estar adentrándose en un mundo encantado han hecho que este espacio natural se convierta en referencia para quienes buscan desconectar y, al mismo tiempo, sentirse parte de un escenario único en Europa.

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Galicia y la magia de Fragas do Eume

“La magia del Parque Natural Fragas do Eume”. Fuente: Wikipedia

El Parque Natural Fragas do Eume se declaró como tal en 1997 y, desde entonces, ha mantenido intacta su esencia. Sus más de 9.000 hectáreas albergan robles, fresnos, alisos y una gran diversidad de helechos y líquenes que forman un mosaico vegetal casi virgen. En Galicia, pocas zonas ofrecen tanta riqueza natural y, al mismo tiempo, tan poca intervención humana, pues apenas unas 500 personas habitan dentro de este espacio protegido.

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La fuerza del río Eume ha sido clave para moldear el paisaje. Sus aguas, que recorren cerca de 100 kilómetros, han esculpido un profundo cañón cuyas laderas alcanzan hasta 300 metros de desnivel. Este entorno no solo impresiona por su belleza, sino también porque conserva el manto vegetal original de los bosques atlánticos. En Galicia, la leyenda acompaña siempre a la naturaleza, y se cuenta que el río fue fruto de una competición mítica entre tres corrientes nacidas en la Serra do Xistral.

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