Dra. Elena Gascón (48), oftalmóloga, «Ese temblor en el párpado no es cansancio: la primera señal de tu cuerpo de que estás al borde del colapso por

Los niveles altos de cortisol por estrés crónico y la falta del mineral magnesio son sus causas principales más allá de la fatiga visual. Si persiste, expertos como los del Centro Barraquer recomiendan una consulta para descartar otros problemas y abordar el estilo de vida.

Ese temblor en el párpado que aparece de la nada y se convierte en el visitante más inoportuno tiene un mensaje para ti, y no es el que imaginas. Casi todos lo hemos achacado alguna vez al cansancio o al exceso de café, pero la realidad es mucho más profunda; de hecho, esa vibración es la primera alarma visible de un desequilibrio interno que tu organismo ya no puede ocultar. ¿Y si te estuvieras perdiendo la señal más importante que tu cuerpo te envía?

Esta pequeña contracción involuntaria, casi imperceptible para los demás pero tremendamente molesta para quien la sufre, esconde secretos sobre tu estilo de vida. Ignorarla es un error muy común, porque en realidad ese latido en la zona ocular funciona como un chivato de tu sistema nervioso que te avisa de que has cruzado una línea roja. Es el momento de prestar atención antes de que el aviso se convierta en un problema mayor.

¿UN SIMPLE TIC O LA PUNTA DEL ICEBERG?

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Lo que sientes no es un tic nervioso sin importancia, sino una mioquimia palpebral. Este nombre técnico define unas contracciones benignas y espontáneas del músculo orbicular, el que rodea el ojo, pero lo interesante no es el qué, sino el porqué; a menudo, este espasmo del párpado es la manifestación física de un grito de auxilio silencioso que procede de un lugar mucho más profundo de tu biología.

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Quizás te preguntes por qué siempre ocurre en el ojo. La piel que recubre el párpado es una de las más finas y sensibles de todo el cuerpo, y sus músculos son extremadamente delicados. Por eso reaccionan de forma tan visible, ya que la fatiga de estas fibras musculares las hace hipersensibles a cualquier alteración bioquímica interna, convirtiéndose en el escenario perfecto para que el estrés se manifieste.

EL CORTISOL: TU PEOR ENEMIGO SILENCIOSO

Aquí desvelamos la conexión directa entre la hormona del estrés y ese temblor en tu párpado que te saca de quicio. Fuente: Freepik
Aquí desvelamos la conexión directa entre la hormona del estrés y ese temblor en tu párpado que te saca de quicio. Fuente: Freepik

Cuando vives en un estado de alerta constante, tu cuerpo inunda el sistema con cortisol. Esta hormona, diseñada para la supervivencia, se vuelve tóxica si sus niveles se mantienen elevados, afectando a todo tu organismo, y una de sus primeras víctimas es el sistema nervioso; de hecho, la sobreproducción de cortisol provoca una hiperexcitabilidad de las terminaciones nerviosas, lo que facilita que se produzcan descargas eléctricas involuntarias.

Ese temblor en el párpado es, por tanto, la consecuencia directa de una tormenta química interna. Tu día a día frenético, las preocupaciones y la falta de descanso mantienen tu cuerpo en un modo de lucha que no puede sostener, y ese síntoma es la prueba de que tu eje hormonal está completamente desregulado, una señal inequívoca de que necesitas pisar el freno de forma urgente.

LA FALTA DE ESTE MINERAL ESENCIAL QUE TU CUERPO TE GRITA

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El magnesio es el mineral de la relajación por excelencia, un elemento crucial para que músculos y nervios funcionen correctamente. Cuando sus niveles son bajos, la comunicación entre ellos se vuelve defectuosa, lo que puede provocar calambres y espasmos, y es que una deficiencia de magnesio impide que las células musculares se relajen tras una contracción, generando ese latido persistente que tanto te desespera.

Lo más alarmante es que el propio estrés consume las reservas de magnesio a una velocidad vertiginosa, creando un círculo vicioso muy peligroso. Luchas contra el estrés, tu cuerpo quema magnesio para gestionarlo, y la falta de este mineral aumenta tu vulnerabilidad a los efectos del estrés, ya que este déficit nutricional te hace más propenso a sufrir las consecuencias físicas de la ansiedad, como esa vibración en el ojo.

¿VIVES CON EL SISTEMA NERVIOSO EN ALERTA MÁXIMA?

Analizamos cómo tus hábitos diarios, desde el café hasta las pantallas, están sobrecargando tu sistema hasta hacerlo fallar en el párpado. Fuente: Freepik
Analizamos cómo tus hábitos diarios, desde el café hasta las pantallas, están sobrecargando tu sistema hasta hacerlo fallar en el párpado. Fuente: Freepik

El café por la mañana, las bebidas energéticas, las horas frente a una pantalla y un sueño de mala calidad conforman el cóctel perfecto para el desastre. Estos hábitos mantienen tu sistema nervioso simpático en un estado de hiperactividad constante, como si estuvieras huyendo de un peligro de forma permanente, y esta sobreestimulación agota tus recursos neuronales y te deja expuesto a fallos, como el que se manifiesta en tu párpado.

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Tu cuerpo no está diseñado para soportar este bombardeo sensorial y químico de forma continuada. La luz azul de los dispositivos digitales, por ejemplo, genera una enorme fatiga visual que tensa los músculos oculares. Si a eso le sumas la cafeína, el resultado es un sistema nervioso tan sobrecargado que empieza a enviar señales erráticas, y el músculo de tu párpado es el primero en claudicar.

CUÁNDO ACTUAR Y CÓMO ESCUCHAR A TU CUERPO

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Desde el prestigioso Centro de Oftalmología Barraquer de Barcelona insisten en que, aunque la mioquimia suele ser benigna, no hay que banalizarla. Si el temblor en el párpado se vuelve crónico, se extiende a otras zonas de la cara o el ojo llega a cerrarse por completo, es fundamental buscar ayuda, ya que una revisión oftalmológica es crucial para descartar otras patologías neurológicas o problemas de visión, ofreciendo tranquilidad y un diagnóstico certero.

En la mayoría de los casos, ese espasmo es una invitación a la introspección y al cambio. Es tu organismo pidiéndote a gritos que gestiones mejor el estrés, que mejores tu dieta, que descanses de verdad y te alejes de los estimulantes; en definitiva, ese pequeño temblor en el párpado es una oportunidad de oro para reconectar contigo y empezar a cuidarte desde dentro, antes de que el colapso deje de ser solo una advertencia.

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