La alergia te tiene frito, lo sé. Llegas a casa buscando un respiro, un oasis libre de polen, ácaros y ese sinvivir que te acompaña cada primavera, y decides invertir en un purificador de aire. Parece la solución perfecta, ¿verdad? Pues agárrate, porque y si te dijera que ese aparato, tu supuesta salvación, podría estar empeorando las cosas, la OCU alerta de que hasta el 60% de los purificadores con ionizador emiten ozono, un potente irritante pulmonar. Sigue leyendo, que esto te interesa y mucho.
Ese desembolso de casi 200 euros en un dispositivo para aliviar tus síntomas alérgicos podría convertirse en tu peor pesadilla. Piensas que estás comprando salud, aire puro para tus pulmones, pero la realidad que desvelan los expertos es mucho más turbia y preocupante, y es que muchos de estos aparatos basan su tecnología en la ionización, un proceso que genera ozono como residuo y puede agravar los problemas respiratorios. Una auténtica locura que pone en jaque la confianza del consumidor.
ALERGIA: EL ENEMIGO INVISIBLE EN TU PROPIO SALÓN
La promesa es tentadora: un dispositivo que elimina las partículas que te provocan esa alergia insoportable, creando un santuario en tu propio hogar. Confías en la tecnología para mejorar tu calidad del aire interior, invirtiendo dinero y esperanzas en encontrar alivio. Pero lo que no te cuentan las campañas de marketing más agresivas es que algunos de estos aparatos, bajo una apariencia moderna e inofensiva, esconden un mecanismo de doble filo que puede volverse en tu contra.
El problema reside en una palabra que quizás te suene a limpio, pero que es todo lo contrario en este contexto: ozono. ¿Cómo es posible? Ciertos purificadores, especialmente los que usan ionizadores para funcionar, generan este gas como subproducto de su actividad, y resulta que el ozono es un gas irritante que puede dañar el tejido pulmonar, provocando tos, dolor de pecho e inflamación de las vías respiratorias. Justo lo que un alérgico no necesita en su vida.
¿IONIZADOR O FILTRO HEPA? LA LETRA PEQUEÑA QUE SALVA TUS PULMONES

Vamos a lo práctico. La tecnología más segura y recomendada por los expertos para luchar contra el polen y otros alérgenos es la que utiliza filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air). Su método es mecánico y simple, como un colador de altísima precisión, los filtros HEPA capturan físicamente hasta el 99,97% de las partículas microscópicas, como polen, ácaros, esporas de moho y caspa de mascotas, sin generar ningún tipo de residuo químico ni ozono. Es eficacia pura y dura para tu alergia.
En la otra cara de la moneda están los ionizadores. Suenan muy sofisticados, sí. Funcionan emitiendo iones con carga eléctrica que se adhieren a las partículas en el aire, haciéndolas más pesadas para que caigan al suelo. El problema es que este proceso de ionización puede generar ozono, un riesgo significativo para la salud respiratoria, especialmente en modelos sin controles de seguridad estrictos. No quieres cambiar un estornudo por una irritación pulmonar para crear un ambiente más saludable.
LA OCU PONE LAS CARTAS SOBRE LA MESA: EL INFORME QUE LO CAMBIA TODO

Lo que la OCU ha destapado no es ninguna broma y debería hacer saltar todas las alarmas. Su análisis es tajante y directo al mentón de la industria: una parte muy importante de los purificadores que se venden en España, especialmente los que se anuncian con funciones de ionización, no son seguros, y el estudio de la OCU revela que hasta un 60% de los purificadores con esta tecnología suspenden en seguridad al emitir niveles de ozono perjudiciales. Un dato que te deja helado y que replantea por completo la compra.
El verdadero drama aquí es la paradoja. Compras un aparato para mitigar la congestión nasal y los efectos de tu alergia, y te encuentras con que estás llenando tu casa de un irritante pulmonar. Es contraproducente y peligroso, el ozono no solo no elimina las partículas alérgenas, sino que puede inflamar las vías respiratorias, haciendo que los síntomas alérgicos se sientan incluso peor o generando nuevos problemas donde no los había.
«LO BARATO SALE CARO»: CÓMO IDENTIFICAR UN PURIFICADOR PELIGROSO ANTES DE COMPRARLO

Entonces, ¿cómo te proteges? La clave está en ser un consumidor informado. Antes de comprar, dale la vuelta a la caja, busca en las especificaciones y desconfía de los términos ambiguos como «purificación por plasma» o «generador de iones» si no van acompañados de una certificación clara, y busca sellos que garanticen explícitamente que el aparato es “libre de ozono” o “cero emisiones de ozono”. Esa es tu verdadera garantía de seguridad para mejorar la respiración.
No te dejes llevar solo por el precio. Esos modelos de 200 euros que inundan el mercado pueden ser tentadores, pero si su tecnología se basa en la ionización sin control, el coste para tu salud puede ser mucho mayor. A veces, merece la pena invertir un poco más en un purificador con un buen filtro HEPA certificado, cuya eficacia contra las alergias estacionales está más que probada, ya que la inversión inicial en un dispositivo seguro y eficaz es un ahorro a largo plazo en salud y bienestar.
RESPIRAR TRANQUILO EN CASA ES POSIBLE, PERO NO DE CUALQUIER MANERA

Al final, la batalla contra la alergia se libra también en el campo de la información. No se trata de demonizar toda la tecnología, sino de entenderla para usarla a nuestro favor. La solución no es renunciar a purificar el aire de casa, sino hacerlo con conocimiento de causa, y es fundamental tomar una decisión informada para no sustituir un problema respiratorio, como es la alergia, por otro potencialmente más grave provocado por el ozono.
Tu hogar debe ser tu refugio, el lugar donde tus pulmones descansen y se recuperen, no un campo de pruebas para tecnologías dudosas. La próxima vez que veas una oferta irresistible, recuerda este dato: tu salud respiratoria no tiene precio. Elegir un purificador con filtro HEPA y cero ozono no es solo una compra inteligente, es un acto de cuidado personal para garantizar que el aire que respiras te protege de verdad de los síntomas alérgicos y te ayuda a vivir mejor.