Hay un lugar en Alicante que parece sacado de un sueño o de un planeta lejano, un paisaje que rompe todos los esquemas de lo que esperamos encontrar en el Mediterráneo. Hablamos de una laguna cuyas aguas no son azules ni verdes, sino de un intenso y casi irreal color rosa, y no, su increíble tonalidad rosada es completamente natural y tiene una explicación científica. Este capricho de la naturaleza se ha convertido en un imán para curiosos y fotógrafos, pero esconde un secreto que muchos desconocen.
Muchos viajeros llegan a este rincón de la provincia de Alicante atraídos por las imágenes virales que inundan las redes sociales, esperando poder sumergirse en este mar de fantasía. La tentación de un chapuzón es enorme, pero la prohibición de bañarse no es un capricho y responde a razones de peso que protegen su frágil ecosistema. ¿Por qué no podemos disfrutar de sus aguas? La respuesta revela una historia fascinante sobre ecología, industria y la necesidad de proteger lo que es verdaderamente único.
UN MAR ROSA EN PLENA COSTA BLANCA
Imagínate llegar y encontrarte con una vasta extensión de agua que brilla con tonos que van del fucsia al coral suave, dependiendo de la luz del día. Es el escenario perfecto para una foto inolvidable, y por eso se ha convertido en uno de los lugares más ‘instagrameables’ de todo el litoral español. Sin embargo, el contraste del rosa con el blanco de la sal cristalizada en las orillas crea una estampa única en Europa. Este rincón de Torrevieja es una prueba de que la realidad, a veces, supera con creces a cualquier filtro digital.
La intensidad del color no es constante, sino que baila al son de la meteorología y la estación del año. Durante los días de sol intenso y en los meses más cálidos, la laguna muestra su versión más vibrante y espectacular. Es un lienzo vivo que cambia de paleta, porque el mejor momento para apreciar su intensidad es durante los atardeceres de verano, cuando el sol poniente incendia el agua y el cielo en una sinfonía de colores cálidos. Planificar la visita a las salinas teniendo esto en cuenta garantiza una experiencia visual inolvidable.
LA CIENCIA DETRÁS DEL COLOR: NO, NO ES CONTAMINACIÓN
La primera reacción de muchos al ver el agua es pensar en algún tipo de vertido químico, pero la realidad es mucho más fascinante y completamente natural. La magia reside en la biología de un entorno extremo. La verdadera causa de este fenómeno cromático tiene nombre y apellidos científicos, ya que una microalga llamada Dunaliella salina es la principal responsable de esta pigmentación tan característica. Este organismo, para protegerse de la radiación solar extrema, produce grandes cantidades de betacarotenos, el mismo pigmento que da color a las zanahorias.
Pero el alga no está sola en esta hazaña. En este ecosistema de la Comunidad Valenciana vive también una pequeña bacteria con un nombre muy revelador, la halobacteria, que posee unas proteínas de color rojizo. Todo esto ocurre en un medio con unas condiciones muy particulares, donde la altísima concentración de sal, superior a la del Mar Muerto, crea un ambiente extremo donde solo estos microorganismos pueden prosperar. Es la prueba de que la vida se abre camino de las formas más asombrosas en este parque natural alicantino.
EL MISTERIO RESUELTO: ¿POR QUÉ ESTÁ PROHIBIDO EL BAÑO?
La razón principal es sencilla y de vital importancia: te encuentras en un espacio natural de un valor incalculable. Aunque pueda parecer una simple atracción turística, las Salinas de Torrevieja y La Mata son un Parque Natural protegido por su incalculable valor ecológico. El baño está terminantemente prohibido para preservar la integridad de un hábitat extremadamente delicado del que dependen innumerables especies. Cualquier alteración humana podría tener consecuencias devastadoras para este tesoro natural de Alicante.
Además del motivo medioambiental, hay una razón industrial de mucho peso. Estas salinas no son solo un paisaje bonito; son una explotación salinera en pleno funcionamiento, una de las más importantes de Europa. La sal que se extrae aquí se destina al consumo y a la industria, y por ello el baño alteraría el delicado equilibrio biológico y podría contaminar la producción de sal, una actividad económica fundamental en la zona. Entrar en el agua no solo es ilegal, sino que interfiere directamente con el motor económico de la región y la pureza de un producto esencial. Este rincón de Alicante es, ante todo, un centro de trabajo.
LOS FALSOS MITOS DEL ‘SPA’ NATURAL QUE NUNCA FUE
Es cierto que, si preguntas a la gente de la zona, muchos te contarán historias de cuando era común darse un baño en la laguna. La tradición oral ha alimentado la leyenda de sus supuestas bondades para la piel y las articulaciones. Efectivamente, durante años existió la creencia popular de que sus aguas y lodos tenían propiedades terapéuticas milagrosas. Esta fama convirtió extraoficialmente la laguna en un balneario al aire libre para muchos, una costumbre arraigada en el imaginario colectivo del turismo en la provincia de Alicante.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y la conciencia medioambiental también. Lo que antes se toleraba, hoy se persigue activamente por el bien del ecosistema. Las autoridades vigilan la zona y no dudan en multar a quienes se saltan la normativa, y con razón. Hay que entender que esa práctica, aunque extendida en el pasado, está hoy completamente prohibida y puede acarrear sanciones económicas importantes. Disfrutar de la belleza de este paraje en una escapada al sur de Alicante debe hacerse desde la orilla, con respeto y responsabilidad.
MÁS ALLÁ DE LA FOTO: FLAMENCOS, SAL Y UN ECOSISTEMA ÚNICO
Si te fijas bien, verás que la vida bulle en este aparente desierto salino. La laguna es un paraíso para las aves, un punto clave en las rutas migratorias entre Europa y África. Es aquí donde la laguna es un hogar crucial para miles de aves acuáticas, destacando la espectacular presencia de los flamencos. Curiosamente, el color rosado de sus plumas proviene de su dieta, basada en un pequeño crustáceo, la artemia salina, que a su vez se alimenta de la microalga Dunaliella. En estas tierras alicantinas todo está conectado.
Este paisaje es, en definitiva, un frágil equilibrio entre la explotación industrial sostenible y la conservación de un santuario natural. Un lugar que nos enseña que la belleza más impactante a menudo reside en los entornos más extremos y que nuestro papel como visitantes es el de meros espectadores. Por eso, comprender su fragilidad es el primer paso para garantizar que este espectáculo de la naturaleza en Alicante perdure para las futuras generaciones.