La grasa ha sido durante años el gran enemigo de muchas dietas y planes de alimentación, asociada casi de forma automática con el aumento de peso y con problemas cardiovasculares. Sin embargo, la nutricionista Andrea Urízar ha sacudido este debate al asegurar que este macronutriente no solo es necesario, sino que cumple funciones esenciales en el organismo. Su postura ha encendido la conversación en redes sociales y entre especialistas en nutrición, al poner sobre la mesa que la eliminación sistemática de la grasa ha generado más problemas de los que ha resuelto.
Urízar defiende que la demonización de los alimetos grasosos ha sido en gran medida un error promovido por la industria alimentaria. En su lugar, muchos productos se han reformulado con una mayor carga de carbohidratos refinados y azúcares añadidos, lo que, lejos de mejorar la salud, ha favorecido la obesidad, los trastornos metabólicos y el aumento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Según la nutricionista, el cuerpo necesita grasa para funcionar de manera adecuada, y privarlo de ella produce una serie de desajustes con consecuencias a largo plazo.
1La grasa cumple con un papel importante en la saciedad

Una de las ideas más repetidas por Andrea Urízar es que este macronutriente contribuye de manera decisiva a la sensación de saciedad. Cuando se elimina de la dieta, explica, las personas tienden a sustituirla por más pan, arroz o cereales, que proporcionan energía rápida pero escasa nutrición real. El resultado es un efecto dominó de hambre constante, cansancio y picos de glucosa que, a medio plazo, aumentan el riesgo de desarrollar prediabetes.
La grasa, además, aporta textura y sabor a los alimentos. Al retirarla, las empresas de alimentación se ven obligadas a añadir aditivos artificiales, colorantes y potenciadores de sabor para compensar, lo que genera productos ultraprocesados de baja calidad nutricional. Es decir, en el intento de reducir un supuesto riesgo, se termina creando otro problema mayor con dietas más pobres y una relación menos saludable con la comida.