La escritora y exdiputada de Esquerra Republicana de Catalunya, Pilar Rahola, se ha colocado en el epicentro del panorama político y mediático por su polémica postura en favor de Israel tras la matanza de 64.000 personas en la franja de Gaza.
Pese a lo cual, Rahola ha mantenido una postura inquebrantable de apoyo a Israel, algo que, con el paso de los años, le ha ido granjeando enemigos dentro de su propio espectro político: la izquierda.
ISRAEL
La situación en Gaza, que muchos califican como un «genocidio», no ha sido suficiente para que la periodista critique la postura del Gobierno de Benjamín Netanyahu, al que sigue tildando de «democracia legítima», a pesar de las denuncias internacionales sobre crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos.
En lugar de condenar las acciones de Israel en el territorio palestino, Rahola ha optado por una defensa explícita, poniendo en duda las narrativas críticas que surgen desde diversas organizaciones internacionales.
Este giro ideológico de Rahola comenzó hace varios años, cuando se acercó a figuras políticas que defendían posturas más conservadoras dentro del independentismo catalán, como Artur Mas, a quien dedicó una biografía elogiosa. Este cambio de alineación ya le costó la simpatía de muchos de sus antiguos seguidores progresistas.
Sin embargo, lo que ha sido más radical en las últimas semanas es su firme defensa del Gobierno israelí, lo que la ha alejado aún más de una parte significativa de la izquierda española.
CONTRA SÁNCHEZ
En su cuenta de X, Rahola se ha pronunciado de forma contundente, acusando a Pedro Sánchez de «utilizar la tragedia de la guerra en Gaza para desviar sus miserias políticas», lo que ha generado aún más controversia.
Este tipo de intervenciones ha desencadenado una serie de críticas no solo desde la izquierda más cercana a la causa palestina, sino también desde sectores del propio PSOE, que tilda de «genocidio» la actuación israelí.

La periodista ha encontrado apoyo en ciertos sectores del periodismo de corte antisanchanchista, que la aplauden por su capacidad para contrarrestar lo que consideran la «hipocresía» de la diplomacia española y europea respecto a la situación en Oriente Medio.
Sin embargo, no todos están dispuestos a aceptar su visión. Antonio Maestre, periodista conocido por sus posturas de izquierda, no ha dudado en calificarla de «sionista convencida», acusándola de colaborar con la limpieza étnica del pueblo palestino. «Pilar Rahola lleva años colaborando con la limpieza étnica del pueblo palestino», escribió Maestre el año pasado. El periodista cree que la exdiputada es «un arma de destrucción masiva».
PELEA EN EL PLATÓ DE ‘TODO ES MENTIRA’
Este tipo de acusaciones no ha hecho más que aumentar la polarización en torno a la figura de Rahola, quien, lejos de amedrentarse, ha respondido con contundencia. En una de sus intervenciones más recientes, Rahola reaccionó a las críticas de Pablo Fernández, portavoz de Podemos, quien la tildó de «progenocida» en ‘Todo es mentira’ de Cuatro.
«¡No me da la gana! Tengo derecho a pensar esto y no estoy a favor de ningún genocidio. ¡Qué te has creído! Tengo derecho a decirlo en una democracia. ¡Estoy hasta las narices! Que no me lo vuelva a decir porque no me callaré», replicó Rahola, visiblemente molesta.
El panorama político para Rahola se ha complicado, y su posición ha provocado que muchos de sus antiguos seguidores progresistas se distancien de ella. Algunos la consideran una traidora a los valores de la izquierda, mientras que otros le reclaman que, a pesar de su inquebrantable apoyo a Israel, no ha sido capaz de mostrar la misma determinación en la defensa de los derechos humanos en Palestina.