El 26 de febrero de 2024, Katie Proudfoot, residente en la localiad de Herdensoville (Tennessee), fue a despertar a su hijo de 14 años, Sebatian, para llevarlo a la escuela. Para su sorpresa, no lo encontraron por ningún lado en la casa ni dentro de su habitación. Es uno de los casos más extraños a los que el FBI hace frente ahora mismo.
Sebastian Wayne Drake Rogers había pasado el día anterior con su madre. La pareja fue de compras a unos grandes almacenes, jugó videojuegos en una bolera y cenó en un restaurante local antes de volver a casa por la noche. Después de regresar a su casa en Hendersonville, Tennessee, Katie y Sebastian se prepararon para ir a dormir, despidiéndose en algún momento entre las 9 y las 10 de la noche. Sebastian es autista y pudo haber salido a la calle y desorientado.
El caso está reflejado en la web del FBI desde primeros de septiembre. «Katie nos contó que poco antes de las 10 pm escuchó un fuerte golpe proveniente de la habitación de Sebastian, así que gritó para preguntarle si estaba bien, a lo que él respondió que sí», dijo el detective Brandon Carter, de la Oficina del Sheriff del Condado de Sumner. «Katie le dijo que se fuera a la cama porque tenían que madrugar para ir a la escuela a la mañana siguiente», añadió el investigador.
Después de aquello Katie llamó a su marido, que estaba fuera de la ciudad, en el suroeste de Tennessee, por trabajo, y ambos hablaron durante casi dos horas antes de que ella se fuera a dormir alrededor de la medianoche. La mañana siguiente fue el comienzo de lo que se convertiría en una pesadilla y un esfuerzo de búsqueda masivo de Sebastián.
«Katie llamó a su marido y le dijo que no podía encontrar a Sebastian; que no estaba en su habitación ni en ningún lugar de la casa», explicó Carter. Katie se subió a su auto y condujo por el vecindario hasta la escuela de Sebastian, que estaba a menos de una milla de su casa, buscando al niño antes de regresar a casa.
Durante este tiempo, su esposo llamó al centro de comunicaciones de emergencia local para denunciar que Sebastian estaba desaparecido.
En los primeros días de la infructuosa búsqueda, parecía que Sebastian había desaparecido sin dejar rastro. «Este caso fue una especie de interrogante», dijo Robert Barrett, agente especial del FBI en Nashville. Ese interrogante creció a medida que la búsqueda avanzaba.
EL FBI COMPROBÓ QUE EL NIÑO NO SE LLEVÓ NADA
«Sebastian no se llevó ropa, zapatos, dinero, comida ni su teléfono móvil», dijo Carter. «Su teléfono y el dinero en efectivo estaban sobre la mesa del comedor, donde habían estado el día anterior, cuando se acostó. Según Katie, creía que faltaba una pequeña linterna amarilla, pero era lo único que parecía haber desaparecido de la casa», añadió el investigador.
La primera semana «la búsqueda se extendió a un radio de aproximadamente siete kilómetros y medio alrededor de la casa de Sebastián. Había aproximadamente 2000 personas equipadas con una aplicación que rastreaba sus movimientos. Los buscadores también podían usar la aplicación para ubicar objetos en un mapa que observaban mientras buscaban. El área total que cubrieron dentro de ese radio de siete kilómetros y medio equivalía a un total de 18.000 hectáreas», explicó Carter.
Además de los buscadores terrestres, las fuerzas del orden emplearon todos los recursos disponibles a su disposición para localizar a Sebastián: departamentos de bomberos, patrullas montadas, vehículos todo terreno, perros de búsqueda y rescate, drones, helicópteros e incluso un avión. Durante el segundo día de búsqueda, el Departamento del Sheriff del Condado de Sumner se comunicó con el FBI para solicitar ayuda y recursos específicos que potencialmente podrían ayudar a encontrar a Sebastián, quien padece de autismo.
«Me puse en contacto con nuestro equipo de Despliegue Rápido de Secuestros Infantiles del FBI para una consulta inicial, y luego solicitaron la asistencia de la Unidad de Análisis del Comportamiento del FBI», dijo Barrett. «La Unidad de Análisis del Comportamiento compartió una estadística: aproximadamente el 50 % de los niños autistas son propensos a deambular. También se sienten atraídos por el agua, y el 71 % de los desenlaces fatales de niños autistas desaparecidos se debieron a ahogamiento. Esa información nos ayudó a centrar la búsqueda en los cuerpos de agua y sus alrededores. El equipo de búsqueda drenó estanques y buscó en vías fluviales y lagos a Sebastian», añadió el agente.
Además, las fuerzas del orden registraron las casas del vecindario, las grabaciones de video de las casas cercanas y la cámara del tablero del auto de Katie que mostraba que la mujer y Sebastian no salieron de la casa después de regresar de cenar y que no se vio ningún otro coche entrando o saliendo de la casa de Katie durante la tarde y la madrugada del día en que Sebastian desapareció.
«Entendemos el deseo de la comunidad de obtener respuestas y de que expliquemos cada paso de esta investigación, pero no podemos revelar todos los detalles del caso sin poner en riesgo la integridad de la investigación. Pedimos a la comunidad que se centre en lo más importante: encontrar a Sebastian. Mantenernos unidos y solidarios nos acercará a las respuestas que buscamos», explicó Carter.
La mejor manera de ayudar a encontrar a Sebastian es compartir rápidamente consejos e información con la Oficina del Sheriff del Condado de Sumner, la Oficina de Investigaciones de Tennessee o el FBI.
Sebastián mide 1,65 m y pesa entre 50 y 53 kg la última vez que fue visto. Tiene cabello castaño y ojos color avellana o castaños. Actualmente tendrá 16 años. Sebastian padece afecciones médicas, incluido el autismo, que podrían afectar su capacidad para regresar sano y salvo a casa sin ayuda.
El FBI ofrece una recompensa de hasta 50.000 dólares por información que conduzca al paradero de Sebastián. La Oficina del Sheriff del Condado de Sumner, el TBI y el FBI siguen colaborando, compartiendo pistas e información, e instando al público a colaborar con las fuerzas del orden con la esperanza de traer a Sebastián a casa.
LA TEORÍA DE LA PERSONA DE LA SUDADERA VERDE
Tras la alarma se difundió un video de Sebastian y Katie en el estacionamiento del restaurante local que visitaron la noche en que el niño desapareció. En el video, una persona con una sudadera verde interactúa brevemente con Katie. Surgieron sospechas de que, en esta breve interacción, la persona con la sudadera verde planeaba algo con Katie relacionado con la desaparición de Sebastian.
Las autoridades hablaron con los empleados del restaurante, quienes confirmaron que la persona con la sudadera verde era un cliente frecuente y ayudaron a identificarlo. Las autoridades fueron a ver a esta persona, que casualmente vestía la misma sudadera verde que aparece en el video, y confirmaron que no era sospechosa.
