Las teles privadas abren fuego contra el Gobierno con Perles, Aldama y Ayuso

El inicio del curso televisivo ha puesto de manifiesto el creciente distanciamiento entre el Gobierno, atrincherado en RTVE, y las principales televisiones privadas, que parecen apostar por figuras con un claro perfil antigubernamental, entre ellos, Pablo Motos, Vicente Vallés, Ana Rosa Quintana e Iker Jiménez.

Este fenómeno refleja una guerra mediática que cada vez toma más protagonismo, en un escenario marcado por la polarización política. La Moncloa aplaude el ascenso de la audiencia de La 1 de RTVE, un canal que en los últimos tiempos ha sido criticado por su tendencia a favorecer las posturas del Ejecutivo.

La estrategia de atraer a presentadores y tertulianos cercanos al bloque progresista ha sido evidente. En el lado opuesto, las televisiones privadas no esconden su animadversión al actual Ejecutivo, y sus programas reflejan la crítica continua a la gestión de Pedro Sánchez.

Publicidad

Es en este contexto se inscribe el regreso de Ana Rosa Quintana, quien el 8 de septiembre arrancó su nueva temporada con un editorial feroz contra el presidente del Gobierno. En su intervención, le acusó de asumir características autoritarias, comparándolo con dictadores como Francisco Franco y Nicolás Maduro.

La crítica se extendió en la entrevista de la reina destronada de las mañanas a Alberto Núñez Feijóo, líder del PP. El mismo lunes, Telecinco intensificó la ofensiva al tirar de chequera para contar con el testimonio de Carolina Perles, exmujer del exministro socialista José Luis Ábalos.

En la entrevista en el estrenado ‘El precio de…, Perles aseguró que Pedro Sánchez tenía conocimiento de la presunta vida disoluta que envolvía a Ábalos mucho antes de que fuera cesado como ministro.

El martes, Ana Rosa Quintana continuó con la batería de invitados polémicos al invitar a Víctor de Aldama, implicado en casos de corrupción que le han valido la etiqueta de «presunto corruptor».

Aldama repitió en la noche del jueves en el programa ‘Horizonte’, de Iker Jiménez, un espacio de gran seguimiento en Cuatro, que se ha convertido en uno de los principales escaparates de la oposición en el prime time. Además de estas intervenciones, la semana también fue testigo de otras críticas abiertas.

El martes, en el programa de Pablo Motos, ‘El Hormiguero’, el conocido músico Nacho Cano no dudó en calificar al Gobierno de Pedro Sánchez como un «gobierno criminal». A esto se sumó la intervención el miércoles de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en ‘Espejo público’, donde causó un gran revuelo con sus duras palabras sobre la gestión del Ejecutivo central.

Publicidad

ES LA GUERRA

Este despliegue de figuras contrarias al Gobierno parece responder a una lógica clara: un enfrentamiento mediático con el poder. Fuentes socialistas han señalado que los medios privados parecen olvidar que el PSOE decidió eliminar la publicidad en RTVE, lo cual benefició a las televisiones privadas.

ad Moncloa
Víctor de Aldama en ‘Horizonte’. Foto: Cuatro.

Y las privadas creen que determinados espacios de La 1 han sido puestos en marcha para desactivar sus ofertas informativas. Mientras tanto, en el lado de RTVE, la guerra mediática no se limita a las críticas de las privadas. La parrilla de La 1 ha sido acusada por Mariló Montero en ‘La Revuelta’ de exhibir un claro sesgo progresista, con rostros como Silvia Intxaurrondo, Javier Ruiz, Jesús Cintora y Pepa Bueno dominando la programación ligada a la actualidad, junto a nuevos formatos como el de ‘Directo al grano’, que será presentado por Marta Flich y Gonzalo Miró.

La percepción de que RTVE se ha alineado con el Gobierno ha sido una de las principales críticas de los detractores del Ejecutivo, que ven en el canal público una herramienta más del poder para consolidar su narrativa. Este panorama mediático refleja la polarización que vive la sociedad española.

Los medios de comunicación se han convertido en una extensión de la lucha política, y la batalla por el control de la información es tan importante como las urnas mismas. En un país donde la televisión sigue siendo una de las principales fuentes de información, el curso televisivo de este año promete seguir siendo un campo de batalla decisivo en la lucha por el poder.

Publicidad
Publicidad