¿Qué competencias y habilidades conviene reforzar mediante formación bonificada?

Con septiembre ya en marcha, muchas empresas se enfrentan a una decisión recurrente: cómo utilizar el crédito de formación disponible sin caer en soluciones improvisadas o acciones inconexas. La formación bonificada ofrece una oportunidad real de fortalecer competencias internas, pero solo si se vincula a los retos estructurales de la organización.

La urgencia por ejecutar el crédito antes de su vencimiento conduce a menudo a cursos puntuales, poco integrados en la estrategia de negocio. Sin embargo, cuando se utiliza con una visión más amplia, este recurso puede convertirse en un vehículo para reforzar las capacidades críticas que la organización realmente necesita.

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Liderazgo, cambio, digitalización: las áreas que sí necesitan atención

Frente a la lógica reactiva, hay empresas que utilizan este periodo del año para consolidar habilidades con impacto directo en el desempeño. Desde AdelantTa, consultora especializada en formación, selección y externalización del departamento de Recursos Humanos, identifican cuatro áreas donde la formación sigue teniendo un efecto prácticamente inmediato: liderazgo, gestión del cambio, digitalización y competencias lingüísticas.

“Estas áreas realmente son palancas de transformación organizativa”, señala Juan Carlos Sánchez, director general de la firma. “Un curso de liderazgo bien planteado no es una acción aislada: es una forma de alinear a los mandos con la cultura de la empresa y con los objetivos que es necesario alcanzar en el negocio. Lo mismo sucede con la formación en competencias digitales o idiomas: son herramientas que permiten responder a un entorno más exigente y más global”. Ejemplo de ellos son los cursos en Inteligencia Artificial aplicada a diferentes áreas o procesos de negocio, cada vez más demandados.

Formación útil, no residual

El planteamiento de AdelantTa pasa por estructurar acciones formativas que partan de una necesidad real y que puedan ser integradas con otras iniciativas de desarrollo. El diseño de itinerarios específicos por nivel de responsabilidad, la adaptación metodológica al contexto de cada empresa y la aplicación inmediata de los contenidos son factores clave para que el crédito se traduzca en resultados.

Vanesa Velasco, directora de operaciones, apunta que el error más común es asumir que todo curso bonificable es útil: “Formar solo porque hay crédito es una oportunidad mal entendida. La pregunta correcta es qué necesita reforzar la organización en este momento, y cómo puede la formación ayudar a generar una ventaja real”.

Desde la firma, que cuenta con un amplio catálogo formativo ordenado por temáticas y sectores, insisten en que no se trata de construir grandes planes en pocas semanas, sino de identificar intervenciones formativas viables, bien orientadas y alineadas con los desafíos reales de cada equipo.

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