Procrastinar es una de las trampas más comunes de nuestro día a día. Todos hemos vivido ese momento en el que una tarea pendiente parece más grande de lo que realmente es y la vamos aplazando una y otra vez. Lo que empieza con un simple “luego lo hago” se convierte en horas perdidas y, en muchos casos, en una sensación de culpa que acompaña el resto de la jornada.
Sin embargo, la buena noticia es que existe un truco sencillo que utilizan muchas personas exitosas y que ha sido respaldado por psicólogos y expertos en productividad: la llamada regla de los 10 minutos. Una técnica práctica que no requiere grandes esfuerzos y que puede ser la solución definitiva para quienes sienten que la procrastinación les está ganando terreno.
3Pequeños pasos, grandes resultados
Los expertos coinciden en que el secreto no está en tener una fuerza de voluntad inquebrantable ni nada por el estilo, sino en aprender a dar el paso hacia ese primer movimiento. Y es ahí donde la regla de los 10 minutos demuestra el gran poder que tiene, al centrarse en un objetivo mínimo, y romper el círculo de la indecisión, de forma que abre la puerta a la acción.
Con el tiempo, aplicar este método no solo reduce la tendencia a procrastinar, sino que también genera disciplina y confianza. Lo mejor es que funciona tanto en tareas cotidianas, como ordenar un escritorio, limpiar la cocina, o lavar la ropa, como en proyectos más ambiciosos, por ejemplo del ámbito laboral y empresarial. En definitiva, basta con diez minutos para demostrar que, muchas veces, la clave del éxito empieza por un gesto tan sencillo como atreverse a empezar.
