Las dolencias vuelven a escena con la llegada del nuevo curso escolar. El regreso a las aulas trae ilusión, mochilas cargadas de libros y reencuentros, pero también supone la exposición de los niños a un entorno donde los virus y bacterias encuentran las condiciones perfectas para propagarse. El contacto constante entre compañeros, los espacios cerrados y la humedad propia del otoño se convierten en factores que favorecen la aparición de enfermedades que se repiten año tras año.
Estas dolencias no siempre son graves, pero sí generan preocupación en las familias y en los centros educativos, ya que afectan al bienestar de los más pequeños y, en muchos casos, obligan a ausencias escolares. Reconocerlas a tiempo y saber cómo actuar resulta fundamental para evitar contagios masivos y garantizar una vuelta al cole más segura.
2Resfriados, gripe y problemas de oído
                                
                            No hay otoño sin resfriados y, en la lista de dolencias más recurrentes, las infecciones respiratorias ocupan un lugar destacado. Desde los catarros comunes hasta la gripe o el virus respiratorio sincitial, los síntomas más habituales son tos, mucosidad y fiebre leve. La prevención es clave y empieza con gestos sencillos: enseñar a los niños a cubrirse al toser con el codo, lavarse las manos con frecuencia y ventilar las aulas varias veces al día.
Cuando los resfriados se repiten o no se tratan de forma adecuada, pueden derivar en otitis media, especialmente en menores de seis años. Este problema de oído se manifiesta con dolor intenso, fiebre y, en algunos casos, supuración. Detectarlo pronto y acudir al pediatra evita complicaciones y acorta el tiempo de recuperación. Es una de esas dolencias que, aunque parecen menores, pueden afectar al aprendizaje del niño si no se controlan a tiempo.






