Dormir bien es una de las necesidades biológicas más importantes para el ser humano, un proceso que no solo restaura la energía del cuerpo, sino que también protege la memoria, el estado de ánimo y el sistema inmunológico. Sin embargo, aunque siempre se ha insistido en alcanzar un número mínimo de horas de descanso, la ciencia comienza a matizar que la cantidad no lo es todo. Dormir demasiado también puede volverse un problema, y los excesos, lejos de traer beneficios, podrían afectar al cerebro de forma similar a la falta de sueño.
Un reciente estudio de la Universidad de Harvard ha puesto este debate sobre la mesa. Los investigadores analizaron cómo varía el rendimiento cognitivo según la duración del sueño, y los resultados sorprendieron incluso a los expertos: dormir más de nueve horas puede ser tan perjudicial como hacerlo menos de seis. Con ello, se abre una reflexión necesaria sobre la calidad frente a la cantidad y sobre la importancia de encontrar un equilibrio justo en nuestras horas de descanso.
2El impacto oculto del exceso de sueño

¿Por qué dormir más de la cuenta podría ser dañino? Los expertos mencionan varias hipótesis. Una de ellas es la alteración del ciclo natural de sueño y vigilia, que desajusta el reloj biológico del cuerpo. También señalan que el sueño excesivo suele relacionarse con estilos de vida sedentarios, aislamiento social o problemas médicos crónicos que, a su vez, pueden empeorar el estado de salud.
De hecho, el estudio de Harvard insiste en que no se trata únicamente de horas dormidas, sino de la calidad del sueño. No sirve pasar diez horas en la cama si las fases del ciclo no se cumplen adecuadamente. Por ello, más importante que dormir mucho es lograr un descanso profundo y regular que permita al organismo recuperarse de forma eficaz.