El Partido Popular ha comenzado el curso político con una paradoja amarga: a pesar de las investigaciones judiciales que rodean al PSOE por presunta corrupción, especialmente en torno al ‘caso Koldo’ y los contratos de emergencia de la pandemia, el partido de Alberto Núñez Feijóo no despega.
De hecho, según la última encuesta de GAD3 para ABC, el PP no ganaría un solo escaño más que en las elecciones generales de julio de 2023. Un golpe difícil de digerir para una dirección popular que había apostado por una estrategia de desgaste constante al Gobierno, confiando en que el deterioro reputacional de los socialistas se traduciría en un trasvase electoral inmediato.
Pero los datos muestran lo contrario: el PSOE resiste, e incluso se reactiva, mientras Vox sube con fuerza y amenaza con tensionar aún más el bloque de la derecha. La estrategia del PP desde la pasada primavera ha girado en torno a la erosión del Gobierno a partir de las causas judiciales por presunta corrupción.
El ‘caso Koldo’, con ramificaciones en varias instituciones gobernadas por el PSOE, y las investigaciones sobre adjudicaciones durante la pandemia, fueron utilizados por Génova para lanzar una ofensiva parlamentaria y mediática contra Pedro Sánchez.
Sin embargo, la encuesta de GAD3 muestra que ese relato no cala en el electorado con la fuerza que el PP esperaba. La falta de implicación directa del presidente y la capacidad del Gobierno para marcar agenda en otros terrenos (Palestina, agenda internacional, economía) han neutralizado buena parte del efecto político del escándalo. La frustración es evidente en algunos sectores del PP. El propio Feijóo ha intensificado su discurso en los últimos días.
PALESTINA REANIMA AL PSOE
En paralelo, el Gobierno ha encontrado en la cuestión palestina un terreno fértil para reforzar su perfil internacional y conectar con sensibilidades progresistas. El reconocimiento oficial del Estado palestino, impulsado por Pedro Sánchez, ha recibido un apoyo mayoritario en la opinión pública, según diversos estudios demoscópicos, y ha servido para consolidar a la base del PSOE, especialmente en territorios como Cataluña, Navarra o Euskadi.
Además, esta apuesta ha dejado en fuera de juego al PP, que ha evitado pronunciarse con firmeza, mientras Vox ha respondido con un apoyo tácito a Israel que no conecta con las posiciones mayoritarias de la sociedad española.
En el seno del PSOE, la operación Palestina se interpreta como un revulsivo político exitoso, capaz de devolver al partido la iniciativa tras meses a la defensiva. Sánchez, que reaparecerá con fuerza en octubre con una gira internacional y varios actos en clave nacional, confía en prolongar este impulso.
VOX ACELERA POR LA DERECHA
La gran novedad del barómetro de GAD3 es el crecimiento sostenido de Vox, que rompe su techo tras meses de estancamiento. La formación de Santiago Abascal se beneficia de varios factores: el desgaste de Feijóo como alternativa real de poder, el discurso identitario frente a la amnistía y el procés, y su postura firme ante la inmigración y la inseguridad, temas que ganan peso en la agenda pública.
Los analistas coinciden en que el endurecimiento del clima social, sumado a la sensación de «impunidad» del Gobierno en algunos sectores conservadores, alimenta el ascenso de Vox. Además, su papel en los gobiernos autonómicos no ha generado grandes crisis hasta ahora, lo que les permite mantener una imagen de partido firme pero de gobierno.
MALAS PERSPECTIVAS
Con este panorama, el liderazgo de Feijóo vuelve a quedar cuestionado. El presidente del PP no logra ampliar su base electoral, no moviliza a la abstención ni frena el ascenso de Vox. La posibilidad de un adelanto electoral parece lejana, pero en el PP ya se discute en voz baja sobre la necesidad de redefinir el rumbo político.
Los próximos meses serán cruciales. El PSOE intentará mantener el foco en la agenda social, la política internacional y los datos macroeconómicos. El PP, por su parte, deberá decidir si dobla su apuesta por la denuncia o reorienta su discurso. Mientras tanto, Vox sigue consolidando su posición como la única fuerza en crecimiento real.