La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) entregó a la juez Nuria Ruiz, que instruye la causa sobre la DANA de Valencia, los datos relativos a los mails que el 29 de octubre de 2024 envió sobre la información de embalses, caudales y lluvias. Llama la atención que sobre la rambla del Poyo, cuyo desbordamiento provocó la mayor parte de los 229 muertos, solo enviasen cinco mails aquel día, la primera a las 12:07 de la mañana y la última a las 18:43 horas, cuando la tragedia ya era inevitable.
Sin embargo, el pasado viernes declaró por vez primera en sede judicial Miguel Polo, presidente de la CHJ, declaró que la primera información sobre el aumento del caudal del Poyo no llegó a la reunión de Emergencias del Cecopi hasta bien entrada la tarde: «Sobre las siete menos cuarto», ha precisado, en referencia a la hora del primer correo de la CHJ (18.43 horas), cuando el Poyo ya se había desbordado.
Sin embargo, la CHJ ya había enviado al menos 4 mensajes al Centro de Coordinación de Emergencias (CCE), al Gabinete de Comunicación de la Delegación del Gobierno en Valencia (Regtel) y a la propia Delegación del Gobierno en Valencia (DGV).
CINCO MAILS DE LA DANA
Así, el primer mail es de las 12:07 con destino a estos tres organismos citados. El mail dice en su asunto «1º, 2º y 3º Alarma de caudal en Rambla del Poyo NIII (Riba-Roja VALENCIA)». El contenido recoge literalmente: «Valor: 264 m/s con tendencia ascendente a las 11.40 horas. Para su conclusión, la crecida está siendo muy rápida. Se continúa el seguimiento desde sala SAIH».

El segundo mensaje fue enviado a las 13.42 horas al Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) de la Generalitat y a la Delegación de Gobierno de Valencia (DGV). En esta ocasión el asunto era «Descensa de 3º umbral de alarma de caudal en Rambla de Poyo NIII (Riba-Roja VALENCIA)». El cuerpo del mensaje recogía un «valor: 120m/s, menor de 150 m/s con tendencia descendente a las 13:20 horas. Se continúa el seguimiento desde sala SAIH».

A partir de esa hora todo parecía ir bien en el Barranco del Poyo, con niveles descendentes. A las 15:04 un nuevo mensaje al CCE y a la DGV desde la Confederación indicaba que el descenso del caudal era continuado, con un «valor: 55,86 m/s menor de 70 m/s con tendencia descendente a las 14:35 h».
EL POYO PASÓ DE 28 M/S A A 1.686 M/S EN DOS HORAS
Las buenas noticias parecían seguir llegando desde la CHJ pues a las 16:13 horas el valor estaba en 28,7 m/s, menor de 30 m/s con tendencia descendente a las 15:50 horas». Pero apenas dos horas después, a las 18:43 horas la CHJ envió un nuevo mail, esta vez con copia también al Regtel, donde advertía de que el valor estaba en «1.686 m/s, mayo de 150 m/s. Para su conocimiento, la crecida está siendo muy rápida». ¿Cómo es posible que nadie se alarmase con esa información? A esas horas ya había decenas de muertos en las localidades de Valencia pero el mensaje de alerta no se mandó a los valencianos hasta las 20 horas y 11 minutos.

Durante su declaración judicial Polo se quejó de que «no se tomaban decisiones» por parte de la entonces consejera Salomé Pradas, imputada por dirigir la emergencia aquel día junto al que fuera secretario autonómico, Emilio Argüeso.
Polo también confirmó la llamada que recibió a última hora de la tarde del 29 de octubre del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. «Me pregunta qué está pasando y yo le transmito el problema de que ahí nadie toma ninguna decisión, nadie hace nada», explicó a la juez instructora.
El testimonio de Polo, reclamado insistentemente por las acusaciones populares, era clave para tratar de averiguar la «inexistencia de avisos» sobre el desbordamiento de la Rambla del Poyo, tal y como señaló la Guardia Civil en su informe remitido a la jueza Nuria Ruiz Tobarra, que desdeñó el documento calificándolo de «erróneo». De momento, la juez lo mantiene como testigo de la causa.