El Gobierno cree que la tibia postura del PP sobre Israel otorga alas a la izquierda

Durante meses, el tablero político español ha estado dominado por un claro retroceso del bloque progresista, sumido en escándalos por corrupción, desgaste de gestión y una derecha envalentonada por las encuestas.

El estallido del ‘caso Koldo’ supuso un auténtico puñetazo en la mesa. Fue el KO técnico que necesitaba la derecha para consolidar su discurso de supuesta superioridad ética. Sin embargo, los últimos acontecimientos han alterado el guión.

El genocidio perpetrado por Israel en Gaza, que ha provocado más de 64.000 muertos según cifras de la ONU, ha producido un giro geopolítico que, contra pronóstico, ha tenido un impacto directo en la política interna española.

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La firme postura del Gobierno de Pedro Sánchez, encabezada por el propio presidente, en condenar las acciones del Ejecutivo israelí liderado por Benjamin Netanyahu ha dejado en fuera de juego a la tibia postura del PP.

La izquierda, especialmente Sumar, Podemos y los sectores más críticos con la ocupación de Palestina, han encontrado un nuevo relato movilizador. El PSOE, por su parte, ha logrado reposicionarse como una voz europea audaz y, sobre todo, humanista.

La derecha, y en particular el PP madrileño, ha optado por una estrategia de esquivar las críticas a Israel. Esta posición, creen en el Gobierno, podría pasarle factura.

CAMBIO DE VIENTO

El informe reciente de la ONU, que denuncia más de 64.000 asesinatos, ha generado un cambio de percepción en la opinión pública. Cada vez es más difícil justificar el silencio o el respaldo tácito al gobierno israelí actual.

Sanchez Moncloa
Pedro Sánchez. Foto: Europa Press.

En este contexto, Moncloa ha encontrado una inesperada tabla de salvación. Sánchez ha emergido como una figura internacional de referencia, que se atreve a decir lo que otros callan. Aunque no sin riesgos, esta postura ha permitido al PSOE dejar atrás el lodo del ‘caso Koldo’, reforzar su imagen exterior y reconectar con sectores progresistas desencantados.

Incluso Felipe de Borbón, tradicionalmente cauto en sus declaraciones sobre política exterior, ha dejado entrever una crítica velada al Gobierno israelí en recientes discursos institucionales. Un gesto que no pasa desapercibido y que sugiere que el clima diplomático está cambiando incluso en las altas esferas.

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El PSOE ha utilizado este contexto para marcar distancias tanto con la derecha. Frente a un PP que sigue atrapado en una visión geopolítica heredada del pasado, y un Vox abiertamente hostil a los derechos palestinos, los socialistas pretenden lograr una difícil combinación de firmeza diplomática y sensibilidad humanitaria. Esta estrategia podría rendir frutos electorales.

Sumar, por su parte, también ha ganado protagonismo con su discurso contundente en favor de Palestina. Yolanda Díaz, a pesar de sus tropiezos internos, ha encontrado un terreno donde volver a conectar con sus bases.

Las movilizaciones sociales en apoyo al pueblo palestino, cada vez más frecuentes en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, han servido para reactivar a una izquierda que estaba en estado comatoso. La emoción moral que despierta la causa palestina, unida al rechazo creciente al extremismo israelí, podría actuar como catalizador de una nueva ola de movilización electoral.

El PP, en cambio, podría haber calculado mal sus guiños internacionales. Su posicionamiento sobre Israel lo aleja de una ciudadanía europea cada vez más crítica con el conflicto. Además, su falta de propuestas claras en política internacional y su obsesión con erosionar al Gobierno a través de escándalos como el ‘caso Koldo’ corre el riesgo de volverse en su contra si no logra generar ilusión o credibilidad más allá del desgaste del rival.

La estrategia de Feijóo, centrada en parecer moderado mientras da alas a discursos más duros en sus filas, podría quedar desbordada por un escenario emocional que no le favorece. El Gobierno cree que lo que que parecía un final de ciclo para la izquierda podría convertirse, paradójicamente, en una oportunidad para la remontada.

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