La curiosa historia del primer café que abrió en Europa y cambió la forma de socializar

El café como lo conocemos ahora además de ser un bebida se convirtió también en un espacio social. Si no sabes cómo empezó todo esto te contamos un poco acerca de su historia.

El café no solo se ha convertido en una de las bebidas más consumidas del mundo, también ha sido un punto de encuentro, debate y cultura desde hace siglos. Su llegada a Europa cambió la forma en la que las personas se relacionaban, ofreciendo un espacio distinto al de las tabernas y marcando el inicio de lo que hoy entendemos como vida social urbana.

El primer café que abrió en Europa dejó una huella que fue más allá de la simple venta de una bebida caliente. Supuso un cambio en las costumbres sociales y en el intercambio de ideas, creando un ambiente que reunía a personas de distintas clases y oficios alrededor de una mesa. Aquel momento fue clave para entender cómo la cultura del café se extendió rápidamente por el continente.

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Está bebida se convierte en un espacio de socialización

»Se convirtió en todo un ritual social». Fuente: Pexels

Esta bebida ofrecía algo que ninguna otra bebida podía dar, es decir, claridad mental y capacidad de concentración. Mientras el alcohol adormecía, esta infusión estimulaba y mantenía alerta a quienes la consumían, lo que hizo que los cafés se convirtieran rápidamente en centros de discusión intelectual y política. Se empezó a hablar de literatura, filosofía y negocios, y poco a poco estos lugares fueron considerados auténticos foros públicos.

Las cafeterías crecieron en popularidad en ciudades como Viena, Londres y París, cada una con sus particularidades, pero siempre con la misma esencia de un espacio abierto a la conversación. De hecho, en el caso de Inglaterra, los cafés llegaron a conocerse como “penny universities” porque, por el precio de una taza, se podía escuchar y aprender de las charlas de los grandes pensadores y comerciantes de la época.

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