En un llamado conciso y claro y que resonó en las reunión de Nueva York, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha instado a sus homólogos europeos a actuar con urgencia y coherencia. Durante el Consejo de Asuntos Exteriores, celebrado en el marco de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Albares no se anduvo con rodeos: ha presionado para que la Unión Europea vote «cuanto antes» las sanciones contra Israel.
La exigencia del ministro español no es un gesto aislado, sino el punto álgido de una ofensiva diplomática que busca reafirmar el compromiso de España con un orden internacional basado en el derecho y la justicia, aunque la oposición española lo ve como una huida hacia adelante con el fin de tapar los casos de corrupción que acechan el mandato de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno español. El escenario de estas «amenazas», un Consejo de Asuntos Exteriores informal, ha sido el marco perfecto para que Albares alentara e incitará a sus socios europeos con una pregunta incómoda: ¿por qué la UE ha actuado con determinación contra la agresión rusa en Ucrania, pero se muestra paralizada frente a las «violaciones de derechos humanos» por parte de Israel?
«La falta de voluntad política para actuar en Gaza no refuerza a la UE como actor global, sino todo lo contrario», advirtió Albares, en un mensaje claro y directo. Esta dicotomía, según el ministro, debilita la credibilidad de Europa en el escenario mundial y socava la esencia misma del multilateralismo que dice defender.

DEFENSA DEL ORDEN INTERNACIONAL
La intervención de Albares en Nueva York fue mucho más allá de la cuestión de las sanciones. El ministro se erigió en un apasionado defensor del multilateralismo y el derecho internacional, principios que, a su juicio, están «en peligro», algo que la cuestión del Sáhara Occidental el líder de la cartera de Exteriores española no hace. En este sentido, para ilustrar su preocupación, puso sobre la mesa ejemplos contundentes: la invasión rusa de Ucrania, la «insoportable situación en Gaza y Cisjordania» y el reciente ataque «inaceptable» contra el territorio de Qatar.
En este momento de creciente incertidumbre global, Albares hizo un llamado a la unidad y la firmeza. «Debemos ser conscientes de que la falta de voluntad política para actuar en Gaza no refuerza a la UE como actor global, sino todo lo contrario», subrayó. Su mensaje fue una exhortación a la coherencia, según indican desde del propio PSOE. Si la UE quiere ser un actor global creíble, debe aplicar el derecho internacional de forma uniforme, sin dobles raseros, dejando claro a sus socios que las normas son universales y que todos los países tienen un interés común en preservarlas.
Esta defensa del derecho internacional, argumentó el ministro, no puede ser selectiva. Condenar las violaciones debe ser una constante, «dondequiera que ocurran». Desde Ucrania hasta Gaza, pasando por Qatar, el mensaje de España es que los mismos principios y valores deben ser aplicados en todos los escenarios, sin excepciones.

DIPLOMACIA ESPAÑOLA EN LA ONU
La presencia de la delegación española en la 80ª Semana de Alto Nivel de las Naciones Unidas, que se extiende a lo largo de varios días, está siendo intensa. Acompañando al presidente Pedro Sánchez en su agenda, Albares ha participado en una serie de reuniones bilaterales clave, incluyendo un encuentro con el Secretario General de la ONU, António Guterres, para discutir la situación global.
La semana comenzó, sin embargo, con un acto simbólico de gran peso: la conmemoración del octogésimo aniversario de la ONU, un evento que marcó el inicio oficial de una cumbre que reúne a los principales líderes diplomáticos del planeta. El Rey Felipe VI y el presidente Sánchez encabezan la delegación española, lo que subraya la importancia que Madrid otorga a la diplomacia multilateral.
Más allá de la política exterior tradicional, la agenda del ministro también ha abordado temas críticos como la «diplomacia del agua». En un evento paralelo, Albares advirtió que el agua, fuente de vida, podría convertirse en un «potencial conflicto» si no se gestiona con una visión compartida. En este contexto, destacó el papel «esencial» de la ONU para promover una gobernanza justa y sostenible de este recurso vital.

PREOCUPACIÓN ESPAÑOLA POR ORIENTE MEDIO
La llegada de la cúpula diplomática española a Nueva York fue precedida por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez Belío, quien fue el encargado de representar a España en la reunión ministerial sobre Oriente Medio. Este encuentro, organizado por Qatar y la Unión Europea, sirvió como un preámbulo de la postura que España mantendría durante toda la semana.
Martínez Belío no escatimó en advertencias. Calificó la crisis en Oriente Medio como «el mayor desafío de la era moderna» y urgió a la comunidad internacional a «actuar, no solo reaccionar». El mensaje fue claro: es imperativo que las crisis actuales se conviertan en «una verdadera oportunidad para consolidar la paz y la estabilidad».
El secretario de Estado reiteró la alerta española no solo por la «devastación y la crisis humanitaria insoportable en Gaza», sino también por el «riesgo extremadamente peligroso de una escalada regional más amplia». En un llamado a la acción colectiva, Martínez Belío enfatizó la responsabilidad de la comunidad internacional de «preservar la arquitectura internacional» a través de acciones concretas, como «imponer el fin de la guerra en Gaza» y desescalar las tensiones en la región.
En un contexto de fragmentación y conflictos, el mensaje de España en Nueva York pretende sr un llamamiento constante hacia la ansiada paz, según filtran fuentes cercanas al Gobierno socialista de Sánchez. Para los cuales, la coherencia es la clave para la credibilidad y la única vía para defender un orden internacional que, cada vez más, se ve amenazado. La presión por las sanciones a Israel es el último capítulo de esta postura, un paso que Madrid considera fundamental para demostrar que los principios, en política exterior, no son negociables. Veremos las consecuencias que trae a largo plazo para nuestro país.