Soledad Serias (45), agente de la Guardia Civil (Delitos Telemáticos) alerta: «La nueva estafa de Bizum no te pide dinero, te pide que pulses en ‘Solicitar’. Y es mucho peor»

El engaño que invierte la lógica: no te piden que envíes, sino que recibas. La clave está en un solo clic, uno que parece inofensivo pero que vacía tu cuenta.

La nueva estafa de Bizum ya no va de pedirte un código o tus datos bancarios, sino de algo mucho más sutil y peligroso. Nos lo cuenta Soledad Serias, con 45 años y una larga trayectoria en el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, quien advierte que los ciberdelincuentes han encontrado una grieta en la confianza del usuario, explotando la increíble rapidez de este popular pago móvil. La trampa, como verás, es tan brillante como perversa y juega con nuestra propia mente.

El aviso de esta experta es demoledor: «no te pide dinero, te pide que pulses en ‘Solicitar’. Y es mucho peor». ¿Por qué es peor? Porque anula nuestras defensas habituales. El problema radica en que nuestro cerebro no procesa la palabra ‘solicitar’ como un peligro inminente al usar esta forma de transferencia instantánea, sobre todo cuando estamos esperando un pago. Es un cambio de guion que nos pilla con la guardia completamente baja, y ahí es donde reside su temible éxito.

¿CÓMO ES POSIBLE CAER EN ALGO TAN «OBVIO»?

La respuesta está en la psicología, en cómo los estafadores manipulan nuestra percepción de la seguridad.
La respuesta está en la psicología, en cómo los estafadores manipulan nuestra percepción de la seguridad. Fuente Freepik.

Vivimos en la era de la inmediatez, y precisamente por eso este timo de Bizum es tan efectivo. Estamos tan acostumbrados a realizar operaciones en segundos que hemos automatizado el proceso. La estafa funciona porque confiamos ciegamente en la mecánica habitual de la aplicación, sin pararnos a leer los detalles que aparecen en la pantalla de confirmación. Pulsamos «aceptar» por puro instinto, un instinto que los delincuentes han aprendido a manipular a su favor con una maestría preocupante.

Publicidad

Además, el engaño nunca llega en frío. Los delincuentes son expertos en crear un contexto de falsa urgencia o de oportunidad irrechazable, normalmente en portales de compraventa de segunda mano. Te dicen que te van a pagar ya mismo por ese artículo que vendes, pero usan el botón equivocado. Cuentan con que la emoción de cerrar un trato anule nuestra prudencia al manejar esta aplicación, convirtiendo nuestra prisa por cobrar en la llave de acceso a nuestra cuenta corriente.

EL ‘CLIC’ INVERSO: LA TRAMPA MAESTRA DE ESTE TIMO

Puede parecer un simple cambio de botones, pero es una estrategia calculada al milímetro para explotar un fallo humano, no técnico. Te aseguran que ya te han hecho el Bizum, que solo tienes que aceptarlo. Entonces, recibes una notificación de tu banco que, a primera vista, parece correcta. El engaño consiste en enviar una solicitud de dinero en lugar de un envío real, esperando que el receptor la acepte por pura inercia, creyendo que está confirmando la recepción de fondos.

El diablo, como siempre, está en los detalles. El texto que aparece en la pantalla es cristalino si se lee con calma: «Fulanito te solicita X euros». Sin embargo, entre las prisas, las notificaciones y la confianza generada, es fácil que el cerebro omita esa palabra crucial. La pantalla de confirmación es muy parecida en ambos casos, lo que facilita el error humano en este método de pago, un desliz que puede costarnos cientos o incluso miles de euros en un solo segundo.

«PERO A MÍ NO ME VA A PASAR»: EL ERROR QUE TE HACE VULNERABLE

modo trabajo movil silencia Moncloa
Creerse invulnerable es el primer paso para convertirse en la próxima víctima. Los expertos lo tienen claro. Fuente Freepik.

Paradójicamente, los usuarios más experimentados son a veces los más vulnerables a esta estafa de Bizum. ¿La razón? El exceso de confianza. Quienes usan la plataforma a diario para pagar en comercios o a amigos han interiorizado tanto los movimientos que ya no prestan atención. El exceso de confianza es el principal aliado de los timadores que usan la popular plataforma, ya que relaja por completo nuestras defensas y nos convierte en un blanco fácil y predecible.

Nadie está a salvo, porque este fraude no ataca tu inteligencia, sino tu atención. No se trata de ser más o menos listo, sino de estar más o menos distraído en el momento clave. Basta un momento de distracción, una conversación paralela o las prisas por coger el metro para autorizar una salida de fondos en lugar de una entrada al manejar la app. Entender esto es fundamental para protegernos de un peligro que no discrimina por edad ni por nivel de estudios.

LA GUARDIA CIVIL LO REPITE: LEER, LEER Y VOLVER A LEER

La solución es tan sencilla de decir como, a veces, difícil de aplicar en el fragor del día a día. Se resume en una sola acción. Ante cualquier operación con Bizum que no hayas iniciado tú, la regla de oro es la calma. Tómate tres segundos antes de pulsar nada y lee con atención cada palabra que aparece en la pantalla. La recomendación oficial es verificar siempre la palabra clave: ‘solicitar’ o ‘enviar’, antes de introducir la clave de confirmación de este servicio de pago electrónico. Esa simple comprobación es un muro infranqueable.

Publicidad

Y si, por desgracia, ya has caído en la trampa, el tiempo es oro. No sientas vergüenza, le pasa a muchísima gente. Lo primero es contactar con tu banco de inmediato para intentar cancelar la operación y bloquear posibles futuros intentos. La rapidez en contactar con tu entidad bancaria para anular el movimiento bancario puede ser crucial, aunque no siempre es posible revertirlo. El segundo paso, imprescindible, es denunciar los hechos ante la Guardia Civil o la Policía Nacional.

MÁS ALLÁ DE BIZUM: UNA LECCIÓN DE VIDA DIGITAL

movil herramienta gratis Moncloa
Fuente Freepik.

Lo que ocurre con esta estafa de Bizum no es un caso aislado, es un reflejo de nuestra era. Vivimos rodeados de herramientas que nos hacen la vida más fácil, pero esa comodidad tiene un precio: nos vuelve más vulnerables a la manipulación. Este tipo de fraudes nos enseña que la comodidad tecnológica exige una dosis extra de escepticismo por nuestra parte, una sana desconfianza que deberíamos aplicar a cada correo, SMS o notificación que recibamos en la famosa aplicación.

Al final, la tecnología avanzará y los métodos de los ciberdelincuentes se sofisticarán, pero la vulnerabilidad principal seguirá siendo la misma: el factor humano. Proteger nuestro dinero ya no depende solo de tener una buena contraseña o un antivirus actualizado. La verdadera barrera de seguridad no está en la aplicación, sino en la pausa de dos segundos que nos tomamos antes de hacer clic en este servicio, una pausa que diferencia una operación exitosa de un desastre financiero.

Publicidad
Publicidad