Esta semana Grupo de Combate Expedicionario (GCE) Dédalo 25-3 ha puesto rumbo a su participación en el ejercicio naval multinacional Unitas. Allí realizará una serie de maniobras conjuntas con 26 países aliados. La expedición española estará formada por el buque de asalto anfibio Galicia y las fragatas Almirante Juan de Borbón y Canarias
Por otro lado, en tierra un batallón de Infantería de Marina de la Armada permanece desplegado en Camp Lejeune (Carolina del Norte). Allí, los infantes españoles participan en unas maniobras de carácter anfibio junto a marines estadounidenses y fuerzas de países como Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México o Marruecos. El programa incluye desde ejercicios de fuego real y combate urbano hasta operaciones de apoyo aéreo cercano. Un despliegue en el que las Fuerzas Armadas españolas buscan poner en valor su perfil en el panorama internacional y estrechan lazos con las marinas participantes, en un contexto de creciente exigencia operativa en el escenario global y nuevos desafíos para los países europeos y los socios de la OTAN.
¿QUÉ ES EL GRUPO DÉDALO?
La Armada Española tiene una de sus herramientas más poderosas y versátiles en el Grupo de Combate Expedicionario Dédalo. Esta fuerza naval de élite, diseñada para operar a miles de kilómetros de las costas españolas, es un claro ejemplo de la capacidad de España para proyectar poder militar y naval en cualquier rincón del planeta. Más que una simple flotilla, el Dédalo es un grupo de élite dentro de la estrategia española y de la OTAN. Una unidad flexible y polivalente, lista para responder a una amplia gama de desafíos, desde operaciones anfibias hasta misiones de seguridad marítima o ayuda humanitaria.

El diseño y la filosofía del Dédalo se basan en la interoperabilidad, un concepto clave en la defensa moderna. Esta fuerza expedicionaria puede actuar de forma autónoma o, lo que es más frecuente y estratégicamente relevante, integrarse sin fisuras en las estructuras de mando de la OTAN. Su participación regular en ejercicios multinacionales de alta envergadura, como el UNITAS en Estados Unidos o el Steadfast Dart 25 en el Mediterráneo, no solo demuestran su preparación, sino que también fortalecen los lazos con los aliados, un pilar fundamental en la defensa colectiva.
La composición del Dédalo es un reflejo de su carácter multifacético. En su núcleo, el grupo gira en torno a buques de asalto anfibio, con el LHD Juan Carlos I como su buque insignia y columna vertebral. Esta nave de vanguardia es más que un simple portaaviones o un buque de transporte: es una plataforma única capaz de operar con aeronaves de ala fija como los AV-8B Harrier II, y de lanzar asaltos anfibios gracias a su dique inundable, que despliega lanchas de desembarco con tropas y vehículos.
MÚSCULO NAVAL PARA LA DEFENSA ESPAÑOLA
El despliegue de una agrupación tan compleja es un ballet de ingeniería naval y coordinación militar. Acompañando al buque insignia, el Dédalo se nutre de una flota de apoyo crucial. Fragatas de última generación, como la Almirante Juan de Borbón o la Canarias, actúan como escoltas y garantes de la seguridad del grupo, protegiéndolo de amenazas aéreas, de superficie y submarinas.
El componente aéreo, aunque centrado en los Harrier II, también incluye helicópteros versátiles como los SH-60, que son vitales para misiones de guerra antisubmarina, transporte de personal y apoyo a las operaciones terrestres. La fuerza de desembarco es proporcionada por batallones de Infantería de Marina, entrenados para realizar operaciones anfibias en entornos hostiles. Además, se suman Equipos Operativos de Seguridad (EOS) para reforzar la vigilancia y la protección de los buques.
El propósito estratégico de esta fuerza es claro: la proyección de poder. El Dédalo es un símbolo de la capacidad de la Armada para ir más allá de la defensa de sus propias aguas, demostrando una presencia estratégica en teatros de operaciones de interés. Esta habilidad no solo refuerza el peso de España en el tablero geopolítico, sino que también subraya su contribución a la defensa común de sus aliados.

VIRTUDES Y LIMITACIONES DE ESTA AGRUPACIÓN DE ÉLITE
A pesar de su formidable capacidad, un análisis completo del Dédalo debe considerar tanto sus puntos fuertes como sus limitaciones.
Virtudes:
- Polivalencia: El grupo puede pasar sin problemas de una operación militar a una misión de ayuda humanitaria o de evacuación de civiles.
- Capacidad de Disuasión: La mera presencia del Dédalo en una zona de conflicto envía un mensaje contundente.
- Proyección de Fuerza: El LHD Juan Carlos I es una plataforma inigualable para proyectar poder desde el mar hacia la tierra.
- Entrenamiento Continuo: La preparación constante de sus tripulaciones y unidades asegura una respuesta ágil y eficaz ante cualquier desafío.
Limitaciones:
- Capacidad Aérea: La principal limitación es su componente aéreo. Si bien los Harrier II son aviones probados y efectivos, son una tecnología más antigua en comparación con los cazas de quinta generación, como el F-35. Esta brecha tecnológica podría ser un factor crítico en un escenario de combate aéreo de alta intensidad.
- Dependencia Logística: Como cualquier grupo de combate, el Dédalo depende de una cadena de suministro y mantenimiento constante. Un fallo técnico o logístico podría comprometer gravemente la misión.
- Costo Operativo: Mantener una agrupación de este calibre en despliegue es una operación extremadamente costosa, lo que limita la duración de sus misiones.
- Vulnerabilidad: A pesar de su escolta de fragatas, un grupo de combate es un objetivo de alto valor y podría ser vulnerable a ataques asimétricos o de misiles de largo alcance en un conflicto a gran escala.
En conclusión, el Grupo de Combate Expedicionario Dédalo es una pieza clave en el rompecabezas de la defensa española, una fuerza altamente interoperable y versátil. Sin embargo, su futuro está inexorablemente ligado a la modernización de su componente aéreo. La necesidad de adquirir aviones de combate de última generación es un imperativo para que el Dédalo siga siendo una herramienta estratégica relevante en el cambiante y desafiante panorama de la defensa naval moderna.
