La política municipal de Rivas Vaciamadrid se ha visto sacudida por una grave denuncia de presunto abuso de poder. El partido local Vecinos por Rivas Vaciamadrid ha exigido el cese inmediato del actual Comisionado de Ciudad y exalcalde, Pedro del Cura, por lo que califican de «inaceptable comportamiento» y «coacción» hacia la directora de un centro educativo.
El epicentro del conflicto es el CEIPSO La Luna, donde su directora, Sara Carriedo, emitió una circular interna solicitando a los profesores del centro abstenerse de realizar «reivindicaciones políticas de ningún tipo» en los espacios institucionales del colegio, incluyendo clases, pasillos y elementos como vestimenta o pegatinas en carpetas, una medida que, según fuentes cercanas al caso, estaría directamente vinculada a la exhibición de simbología sobre el conflicto entre Israel y Palestina. La circular buscaba, al parecer, despolitizar el ámbito educativo y mantener la neutralidad institucional.
Una idea que venía sugerida desde la Comunidad Autónoma de Madrid tras la figura de su presidenta Isabel Díaz Ayuso, que dio esta orden para «evitar» conflictos en la aulas. Aunque desde la oposición se ve más debido a la posición cerca de Ayuso a las tesis de Israel, negando incluso el supuesto holocausto que está teniendo lugar en Gaza.

TONO INTIMIDATORIO Y AMENAZA DE ACTIVISMO
La respuesta del Comisionado de Ciudad, Pedro del Cura, no se hizo esperar y ha sido el catalizador de la crisis. El exalcalde, en un mensaje de WhatsApp dirigido a la directora, utilizó presuntamente un tono que la formación denunciante califica de «desafiante» e «intimidante».
En el mensaje, el exregidor cuestionaba la autoridad de Carriedo de manera directa: «Vas a decidir tú lo que es política o lo que no y vas a perseguir a tus profes y alumnos de secundaria para revisar su vestimenta o las pegatinas de sus carpetas?». Del Cura fue más allá, exigiéndole la retirada inmediata de la circular: «Te pido como representante del Ayuntamiento del centro que retires inmediatamente esa circular que has mandado de manera unilateral».
La escalada verbal culminó con una clara amenaza de activismo político en el propio centro escolar, usando su posición institucional: «Te informo también, que mientras se mantenga el genocidio contra el pueblo Palestino, yo iré a todos los consejos escolares y actividades del centro con una camiseta de solidaridad al pueblo Palestino y animaré a que el resto de la comunidad educativa haga lo mismo. Por si quieres ir avisando a la Guardia Civil».

¿ACTIVISTA RADICAL O SERVIDOR PÚBLICO?
Para Vecinos por Rivas Vaciamadrid, esta conducta trasciende el activismo y se adentra en el terreno de la falta de profesionalidad y el abuso de un cargo público. «Estas afirmaciones no solo son propias de un activista radical, sino que también revelan la incapacidad de esta persona para ejercer su función… con el respeto y la responsabilidad que exige su cargo», señala la Junta Directiva en su comunicado.
El partido denunciante pone el foco en el coste para las arcas municipales que supone el salario del Comisionado, cifrado en 105.000 euros anuales a costa de los impuestos de los vecinos, en contraste con su comportamiento, que consideran una extralimitación de funciones. La exigencia de retirar una orden interna del centro educativo y el uso de su cargo para intimidar a un miembro de la comunidad educativa han cruzado, a juicio de Vecinos por Rivas Vaciamadrid, «todas las líneas de lo que consideramos un comportamiento aceptable en un representante público».
«Es vergonzoso que alguien con tal nivel de responsabilidad… esté utilizando su posición para intimidar y coaccionar a un miembro de la comunidad educativa de nuestra ciudad», continúa el comunicado, que recalca que la «agenda personal de un funcionario público no puede interferir con su deber de servir a todos los ciudadanos de manera imparcial y respetuosa».

PETICIÓN DE CESE INMEDIATO
Ante la gravedad de los hechos, Vecinos por Rivas Vaciamadrid ha dirigido un llamamiento directo a la alcaldesa, Aída Castillejo, reclamando el «cese inmediato» de Pedro del Cura. La formación política argumenta que la normalización del «miedo y la intimidación» en la comunidad es inaceptable y ha emplazado a las autoridades competentes y a los vecinos a tomar medidas para garantizar una actuación ética y responsable de todos los cargos públicos.
La polémica deja al descubierto un conflicto de límites entre el activismo personal y la responsabilidad institucional en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, poniendo al exalcalde en el centro de una controversia que podría tener repercusiones políticas inmediatas. La alcaldesa Castillejo tiene ahora en su mesa una decisión de alto voltaje: mantener a un Comisionado cuestionado por su talante o acceder a la demanda de cese ante lo que una parte de la oposición tacha de uso indebido del poder.