La artrosis es una de las patologías más comunes entre la población adulta en España y, aunque suele asociarse al paso de los años, no deja de ser un problema de salud que condiciona la calidad de vida de millones de personas. Se estima que cerca de 4 millones de españoles padecen artrosis en una o en ambas manos, lo que representa aproximadamente al 8% de la población adulta. El dolor, la inflamación y la pérdida de movilidad son síntomas característicos que, en muchos casos, terminan afectando tareas tan simples como escribir, abotonarse una camisa o sostener un vaso.
El impacto de la artrosis no se limita únicamente a la funcionalidad. También influye en el plano estético y emocional. Muchas personas, sobre todo mujeres a partir de los 50 años, desarrollan deformidades visibles en los dedos que generan inseguridad, malestar y retraimiento social. El doctor Juan González del Pino, director del Instituto de la Mano del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de Madrid, insiste en que no se trata de una condena irreversible: los tratamientos modernos permiten eliminar el dolor y devolver movilidad, logrando que los pacientes recuperen su independencia.
3Innovaciones que marcan la diferencia

Los últimos años han traído soluciones quirúrgicas específicas según la articulación afectada por la artrosis. En los dedos largos, por ejemplo, la fijación con tornillos de titanio permite recuperar la funcionalidad en apenas seis u ocho semanas, con resultados muy satisfactorios en términos de fuerza y movilidad. En las articulaciones medias, la implantación de mini-prótesis de carbón pirolítico ofrece una recuperación completa en tres o cuatro meses, mejorando tanto el dolor como la estética de la mano.
La rizartrosis, por su parte, se trata con la llamada artroplastia de interposición. Este procedimiento utiliza un tendón del propio paciente a modo de “almohadilla” en la base del pulgar. Su eficacia roza el 98% y tiene la ventaja de no requerir prótesis ni nuevas cirugías en el futuro. En definitiva, la artrosis en la mano, aunque incapacitante y dolorosa, cuenta hoy con soluciones capaces de devolver calidad de vida y autonomía a quienes la padecen.