La vaselina ha sido uno de los tratamientos de belleza que aún se mantiene como una alternativa saludable para cuidar la piel. Sin embargo, esta crema recomendada por generaciones, oculta un peligro en sus ingredientes que pueden arruinar por completo el rostro si no se usa con cuidado. Y con esto me refiero a que en casos de acné severo, lesiones abiertas o simplemente no limpiar adecuadamente la zona antes de utilizar, puede convertir tu rutina de skin care en una completa pesadilla.
Resulta que la potente formulación de la vaselina permite que actúe como una barrera que mantiene la hidratación por más tiempo en la zona en la que se coloca. Por lo que su uso es para ciertas afectaciones y tampoco es para todo tipo de pieles. Por eso es necesario saber incluirla en tu rutina o mejor optar por alternativas más naturales como el aceite de coco. Pero en sí, la vaselina no es intrínsecamente mala para la piel, pero su aplicación indiscriminada y en zonas no adecuadas para este tipo de productos podría ser perjudicial en ciertas circunstancias.
3TIPOS DE VASELINA SEGÚN SU GRADO DE PUREZA
Para nadie es un secreto que esta crema centenaria surge del refinamiento y los procesos de purificación tras ser extraída directamente del petróleo. Sin embargo, según el nivel y cuidado de este proceso la vaselina se puede clasificar en tres tipos para usos diferentes:
- De grado farmacéutico (USP)
- De grado cosmético
- De grado industrial
Estos tipos de vaselina se han clasificado según su nivel de refinamiento. En el caso del uso farmacéutico, es la más segura de todas porque cumple con los requisitos de seguridad y pureza establecidos por la Farmacopea de los Estados Unidos y la Unión Europea. Además, esa vaselina es muy recomendada por ser apta para alimentos, medicamentos y productos cosméticos. La vaselina de grado cosmético es la que vemos en los pasillos de farmacias de humectantes para la piel. Y la vaselina de grado industrial es la menos refinado y puede contener impurezas, es de color más amarillo o marrón y no es recomendable su contacto prolongado con la piel.
