«Tu currículum lo lee un robot, no una persona»: Alejandro Pérez (46), director de RRHH, desvela las palabras clave que debes usar para que la IA no te descarte en 3 segundos

El primer filtro que pasa tu CV no es humano, y tienes segundos para superarlo. Descubre las palabras exactas que buscan los sistemas de inteligencia artificial.

Tu currículum lo lee un robot, no una persona. Esta afirmación, que suena a ciencia ficción, es la cruda realidad en la mayoría de procesos de selección actuales, según nos desvela Alejandro Pérez, director de RRHH con más de dos décadas de experiencia. La primera criba de tu historial profesional la realiza un software, un sistema de inteligencia artificial que busca patrones y palabras clave concretas. ¿Alguna vez te has preguntado por qué no recibes respuesta a pesar de cumplir los requisitos? La respuesta puede estar en un lenguaje que no estás utilizando.

Ese silencio por parte de las empresas puede ser desolador, pero entender el motivo es el primer paso para solucionarlo. Alejandro insiste en que todo se decide en un instante, “la IA no te descarta en 3 segundos, lo hace en menos”. El problema es que hemos aprendido a escribir para personas, pero ahora debemos adaptar nuestra candidatura, un documento que primero debe seducir a un algoritmo antes de llegar a ojos humanos. ¿Sabes qué busca exactamente ese robot en tu perfil para darte luz verde o enviarte a la papelera digital?

¿POR QUÉ TU ESFUERZO ACABA EN LA PAPELERA DIGITAL?

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La tecnología que se interpone entre tú y tu futuro entrevistador se llama ATS (Applicant Tracking System). Imagínalo como un guardián implacable a la entrada de una fortaleza. Las empresas reciben cientos, a veces miles, de solicitudes para una sola oferta y este sistema les ayuda a gestionar ese volumen, filtrando automáticamente el talento que encaja con unos criterios preestablecidos por el equipo de RRHH. Por eso, un currículum brillante pero mal enfocado para la máquina, es un currículum invisible, por muy perfecto que sea tu perfil.

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Este primer filtro no entiende de matices, potencial o segundas lecturas. Su funcionamiento es binario: o tienes las palabras que busca, o no las tienes. No hay grises. El ATS escanea tu documento de presentación en busca de coincidencias directas con los requisitos de la oferta, una especie de ‘checklist’ digital que si no se completa, resulta en un descarte automático e inmediato. Esto explica por qué muchos profesionales altamente cualificados no logran pasar de la primera fase del proceso, quedando atrapados en este limbo tecnológico sin saberlo.

EL IDIOMA DE LOS ROBOTS: LAS PALABRAS QUE TE ABREN LA PUERTA

Entonces, ¿cómo hablamos el idioma de estas máquinas? La clave es sorprendentemente sencilla, pero a menudo pasada por alto. Alejandro Pérez lo resume de forma directa: “La oferta de empleo es tu chuleta”. Es ahí donde están todas las respuestas, las palabras clave que el ATS ha sido programado para encontrar en tu currículum. No se trata de mentir ni de adornar, sino de utilizar la misma terminología que la empresa ha usado para describir el puesto y las habilidades que requiere en su hoja de vida.

Adapta tu currículum para cada oferta a la que te inscribas. Si la descripción del puesto pide “gestión de equipos multidisciplinares”, esa es la frase que debe aparecer, no “liderazgo de grupos variados”. Si buscan un experto en “metodologías Agile”, asegúrate de que esa expresión esté en tu vida laboral, una personalización de tu documento que multiplica exponencialmente tus opciones de ser visible. Analiza la oferta, extrae los términos técnicos, las habilidades blandas y las responsabilidades, e intégralos de forma natural en tu experiencia.

MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS: EL FORMATO TAMBIÉN CUENTA

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El diseño más vanguardista o creativo puede ser tu peor enemigo. Los ATS son programas de lectura de texto, y todo lo que se salga de un formato limpio y estándar puede confundirlos. Olvídate de las columnas, los gráficos de habilidades, los iconos o las cabeceras y pies de página complejos, elementos visuales que pueden hacer que el software ignore secciones enteras de tu información. Un currículum de una sola columna, con tipografías clásicas como Calibri o Arial, es siempre la apuesta más segura para superar este filtro digital con éxito.

La simplicidad es tu mejor aliada en esta fase. Un error común es guardar el documento en formatos extraños o incrustar el texto en imágenes. Lo ideal es un archivo de texto, como un PDF generado a partir de un procesador de textos o un .docx, un formato legible que garantiza que el ATS pueda rastrear y analizar cada palabra de tu historial laboral. Piensa en tu currículum no como un folleto de diseño, sino como un documento informativo cuya prioridad es ser comprendido por un lector que carece de intuición y sentido estético.

LOS ERRORES INVISIBLES QUE TE HACEN INVISIBLE

Un simple despiste puede echar por tierra todo tu trabajo de adaptación. Los sistemas ATS no perdonan los errores de ortografía, especialmente si afectan a las palabras clave que están buscando. Si la oferta pide experiencia en “contabilidad analítica” y en tu currículum escribes “contavilidad analítica”, para el software serán dos conceptos completamente diferentes y no encontrará la coincidencia. Una revisión exhaustiva antes de enviar tu trayectoria es más crucial que nunca en este nuevo paradigma de la selección de personal.

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Otro fallo frecuente es el uso de acrónimos o títulos de puesto demasiado internos o creativos. Quizá en tu anterior empresa tu cargo era “Growth Ninja”, pero el ATS está buscando un “Especialista en Marketing Digital”. Es fundamental traducir tu experiencia a los estándares del sector, utilizando los nombres de los puestos y las tecnologías tal y como son reconocidos en el mercado laboral. Haz que tu postulación sea universalmente comprensible, primero para la máquina y después para el humano que, con suerte, la recibirá gracias a tu estrategia.

«LA IA ES UNA HERRAMIENTA, NO EL ENEMIGO»: CÓMO PONERLA DE TU PARTE

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Entender que tu currículum pasa por este filtro tecnológico no debe desanimarte, sino empoderarte. Te da el control para dejar de enviar solicitudes a ciegas y empezar a hacerlo de forma estratégica. Según Alejandro Pérez, “la IA es solo una herramienta de eficiencia para nosotros; para el candidato, es el mapa que le dice exactamente qué camino tomar”. En lugar de luchar contra el sistema, la clave está en utilizar su propia lógica a tu favor, convirtiéndolo en un aliado que te impulse hacia la entrevista. Un perfil laboral bien optimizado es la llave maestra.

Así que la próxima vez que te sientes a preparar tu candidatura, no pienses solo en el director de departamento o en el técnico de Recursos Humanos que ojalá la lean. Piensa primero en ese lector ciego y metódico, el robot. Aliméntalo con las palabras exactas que quiere encontrar, dale un formato que pueda digerir sin problemas y guíalo para que te coloque en la bandeja de “candidatos a entrevistar”, una tarea que te llevará apenas unos minutos extra por solicitud y que cambiará por completo los resultados de tu búsqueda. Ese es el verdadero secreto para que tu currículum no solo sea enviado, sino también visto.

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