Miguel Ángel López (62), ex-gestor de la Seguridad Social: «Hay una ‘ventanilla secreta’ para comprar los años que no cotizaste y que te puede subir la pensión 300€ al mes. Y casi nadie la conoce»

La fórmula casi desconocida que permite a la Seguridad Social mejorar tu futura prestación. Un ex-gestor revela cómo "comprar" años no cotizados para disparar tu jubilación.

Asegurar una buena pensión es la carrera de fondo que todos libramos en silencio, pero ¿y si te dijera que existe un atajo que casi nadie conoce? Miguel Ángel López, quien durante más de tres décadas gestionó expedientes en la Seguridad Social, lo llama la «ventanilla secreta». Su afirmación es de las que te hacen levantar la ceja: existe un mecanismo legal para comprar los años que no cotizaste y que puede suponer un extra de hasta 300 euros cada mes en tu futuro retiro.

La revelación de López suena a leyenda urbana, a un truco inverosímil, pero es tan real como la vida misma. Él mismo lo ha visto aplicar en infinidad de ocasiones con resultados espectaculares. La gente se desespera cuando ve que su vida laboral tiene lagunas», comenta, «pero desconocen que el propio sistema les ofrece una herramienta para rellenar esos huecos y mejorar sustancialmente su prestación por jubilación. La clave, según él, no está en trabajar más años, sino en cotizar de forma más inteligente.

¿QUÉ ES EXACTAMENTE ESA «VENTANILLA SECRETA»?

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Lejos de ser un truco opaco, se trata de un pacto totalmente legal y regulado que una persona puede suscribir voluntariamente para generar, mantener o ampliar su derecho a futuras prestaciones, y la pensión de jubilación es la estrella. Imagina que es como pagar una cuota mensual para que tu historial de cotizaciones no se detenga, un acuerdo que te permite seguir sumando derechos de cara a la jubilación aunque no estés trabajando por cuenta ajena o propia. Es una inversión directa en tu tranquilidad futura.

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Este mecanismo está pensado para quienes, por diversas circunstancias, han dejado de cotizar y corren el riesgo de ver mermada su futura pensión por no alcanzar los años necesarios o por tener bases bajas en el tramo final de su carrera. No es para todo el mundo, pero para el perfil adecuado, es un salvavidas. Según López, los mayores beneficiados son aquellos a quienes les faltan pocos años para alcanzar el 100% de su base reguladora, transformando una jubilación modesta en una mucho más desahogada.

EL MAPA DEL TESORO: ¿QUIÉN PUEDE ACCEDER A ESTE PACTO?

La normativa exige, como punto de partida, tener cubierto un período mínimo de cotización de 1.080 días en los doce años anteriores al momento en que se dejó de cotizar. Es una condición indispensable para demostrar un vínculo previo con el sistema. Además, este camino se abre para trabajadores que causan baja en su régimen, aquellos que ven reducida su jornada laboral de forma drástica, o incluso para quienes dejan de percibir la prestación por desempleo y quieren evitar que ese tiempo les penalice en el cálculo de la jubilación.

Las situaciones son de lo más variopintas y reconocibles para miles de personas en nuestro país. Hablamos, por ejemplo, del profesional de 58 años que se queda en el paro tras un ERE y agota la prestación, pero no quiere que esos últimos años en blanco destrocen el cálculo de su pensión. O del autónomo que cesa su actividad para cuidar de un familiar, escenarios en los que el convenio especial actúa como un puente para no descolgarse del sistema y llegar a la edad de retiro con los deberes hechos.

LA LETRA PEQUEÑA QUE PUEDE CAMBIARLO TODO

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El aspecto crucial es que el ciudadano asume el pago íntegro de las cuotas mensuales, una cantidad que depende directamente de la base de cotización que elija al firmar el convenio. Es decir, tú decides cuánto quieres «invertir» cada mes en tu futura pensión. López advierte que no es una decisión para tomar a la ligera, ya que el importe de la cuota mensual lo asume completamente el interesado, convirtiéndose en un gasto fijo que hay que poder afrontar con solvencia hasta el momento de jubilarse.

Aquí reside el verdadero poder de esta herramienta: la flexibilidad. Puedes elegir entre varias opciones de base de cotización, lo que influirá directamente en la cuantía de la prestación final. Por ejemplo, puedes optar por mantener la media de tus bases de los últimos doce meses o incluso elegir la base máxima permitida. «Es una jugada estratégica», insiste Miguel Ángel, porque la elección de una base u otra determinará si el aumento en tu pensión es de 50, 150 o esos 300 euros de los que hablábamos.

«300 EUROS MÁS AL MES»: ¿ES UNA CIFRA REALISTA?

Para entender el impacto, pongamos un caso práctico. Un trabajador con una buena carrera de cotización al que le faltan dos años para llegar a los 37 años que le darían derecho al 100% de su base reguladora. Si no hiciera nada, esos dos años contarían como cero, desplomando la media. Al suscribir un convenio y cotizar por una base media-alta, no solo completa el período, sino que evita que esos «agujeros» en su vida laboral penalicen el cálculo final de la pensión, logrando un aumento mensual muy significativo.

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Sin embargo, López es claro: no es una fórmula mágica universal. El beneficio de suscribir el convenio depende milimétricamente de la biografía laboral de cada uno: los años ya cotizados, las bases que se tenían y el tiempo que falte hasta el retiro. «No es lo mismo para alguien a quien le falta un año que para quien necesita ocho», recalca. Por eso, es fundamental solicitar un estudio personalizado en la Seguridad Social para ver la proyección real y valorar si la inversión económica mensual realmente merece la pena en tu caso particular.

EL MOMENTO CLAVE: ¿CUÁNDO MERECE LA PENA DAR EL PASO?

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La experiencia de Miguel Ángel le dice que el momento óptimo para plantearse esta opción es en la franja de los 55 a los 65 años, cuando la jubilación ya se ve en el horizonte y se tiene una imagen clara de la carrera de cotización. Es en esa recta final cuando un bache puede hacer más daño, y es también cuando la inversión para complementar la jubilación se percibe más rentable. Suscribir un convenio con 40 años tiene menos sentido, pero hacerlo a los 62 para redondear una buena carrera puede ser la mejor decisión financiera de tu vida.

Al final, la «ventanilla secreta» de la que habla este ex-gestor no es más que el conocimiento de las herramientas que el propio sistema pone a nuestra disposición. No se trata de buscar lagunas legales, sino de informarse y ser proactivo. La diferencia entre una jubilación tranquila y una llena de incertidumbres a veces no reside en la suerte, sino en una decisión bien tomada. Como concluye López, con una media sonrisa, se trata de una inversión directa en la calidad de vida de tu yo del futuro, y esa paz, desde luego, no tiene precio.

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