DGT: Este «saludo» en carretera es una multa inmediata de 200€ y 3 puntos

Ese "saludo" con las luces largas para avisar de un radar es una infracción grave según la DGT. La multa por este gesto es de 200 euros y la retirada de 3 puntos del carnet de conducir.

La DGT lo tiene claro con ese gesto tan común en nuestras carreteras que parece un simple aviso entre colegas. Hablamos de esa costumbre tan española de dar las luces para advertir de un control, y esa costumbre de avisar de un radar te puede costar 200 euros y 3 puntos del carnet de conducir. ¿Sorprendido? Pues la advertencia no es nueva, pero la vigilancia es cada vez más estricta y lo que para ti es un acto de solidaridad, para la Dirección General de Tráfico es una infracción grave.

Ese destello de luces largas que lanzas al coche que viene de frente es interpretado por muchos como un acto de pura camaradería vial. Sin embargo, ese «saludo» en carretera es una multa inmediata, porque el uso indebido de las ráfagas de luz se sanciona de forma inmediata por los agentes. Lo que parece un gesto inofensivo puede salirte muy caro, y la DGT se apoya en el reglamento para dejar claro por qué esta práctica es un problema para la seguridad de todos.

¿UN GESTO SOLIDARIO O UNA INFRACCIÓN GRAVE?

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La línea que separa la solidaridad de la ilegalidad es muy fina, y en este caso, se cruza con un simple movimiento de palanca. Muchos conductores defienden que es una forma de ayudarse, pero la normativa de circulación considera que se entorpece la labor de vigilancia de los agentes y la DGT no lo va a pasar por alto. No se trata de una interpretación, sino de la aplicación directa de una norma que busca proteger a todos los usuarios de la vía.

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El fondo de la cuestión no reside únicamente en evitar que te pongan una multa por exceso de velocidad, sino en el impacto que tiene sobre la seguridad vial. Piénsalo un momento, porque este «saludo» con las luces largas reduce la eficacia de los controles de velocidad, cuyo objetivo final es, nos guste o no, prevenir accidentes graves. Al avisar, se está boicoteando una medida de prevención, y Tráfico considera que eso es jugar con fuego.

EL REGLAMENTO NO DEJA LUGAR A DUDAS

Para entender la postura de la DGT, es fundamental conocer qué dice exactamente la ley sobre el uso de las luces en el vehículo. Fuente: Freepik
Para entender la postura de la DGT, es fundamental conocer qué dice exactamente la ley sobre el uso de las luces en el vehículo. Fuente: Freepik

El Reglamento General de Circulación es muy específico sobre cuándo y cómo se deben utilizar las luces largas. Su uso está reservado para iluminar la vía por delante cuando no hay suficiente luz, y siempre que no se deslumbre a otros, pero la ley prohíbe expresamente el empleo de ráfagas para fines distintos a los previstos, como evitar un posible accidente o advertir de un adelantamiento. Cualquier otro uso, como este «saludo» para avisar de un radar, es directamente una infracción.

La sanción no es un capricho, sino la consecuencia de un uso indebido de un elemento de seguridad del vehículo. La DGT insiste en que las luces son para ver y ser vistos, no para comunicarse en un código secreto, porque esa mala utilización de la iluminación puede generar situaciones de riesgo por deslumbramiento o por una mala interpretación de las señales. Por eso, el castigo es de 200 euros y 3 puntos, una penalización considerable.

MÁS ALLÁ DEL RADAR: OTROS PELIGROS DEL MAL USO DE LAS LUCES

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Un destello de luz larga en el momento equivocado puede ser increíblemente peligroso. Imagina que un conductor interpreta tus ráfagas como una señal para que avance en un cruce complicado, ya que un deslumbramiento repentino puede cegar momentáneamente a otro usuario de la vía, provocando que pierda el control del vehículo durante unos segundos que pueden ser fatales. Es un riesgo real que a menudo pasamos por alto.

Además, esta práctica fomenta una falsa sensación de control y desobediencia a las normas de Tráfico. El mensaje que se transmite es que la única razón para respetar los límites de velocidad es la presencia de un radar, cuando la verdadera razón para conducir a la velocidad adecuada es la propia seguridad y la de los demás. La DGT combate esta mentalidad, que considera uno de los grandes enemigos en la lucha contra la siniestralidad.

LA TECNOLOGÍA, ¿ALIADA O ENEMIGA DEL CONDUCTOR?

Hoy en día, el aviso con luces compite con aplicaciones y redes sociales, un nuevo frente en el que la DGT también tiene mucho que decir. Fuente: Freepik
Hoy en día, el aviso con luces compite con aplicaciones y redes sociales, un nuevo frente en el que la DGT también tiene mucho que decir. Fuente: Freepik

Vivimos en la era de la información instantánea, donde aplicaciones como Waze o grupos de mensajería alertan de la ubicación de los controles. Aunque usar un detector de radares es ilegal, estos avisadores son legales, pero la DGT considera que el espíritu de estas alertas es el mismo que el del «saludo» con las luces: eludir la vigilancia en lugar de cumplir la norma. Es una batalla tecnológica y cultural que se libra cada día en nuestras carreteras.

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La diferencia fundamental es que el aviso con las luces es una acción directa, personal y que implica un uso incorrecto de los elementos del coche. La Dirección General de Tráfico se centra en perseguir la infracción tangible, porque este gesto en carretera es una prueba evidente de un comportamiento sancionable que un agente puede ver y multar en el acto. La tecnología es más etérea, pero el resultado final que se persigue es idéntico.

ENTONCES, ¿QUÉ HACEMOS AL VOLANTE?

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Al final, todo se reduce a una elección personal sobre qué tipo de conductor queremos ser. La próxima vez que veas un control y sientas el impulso de avisar, piensa en las consecuencias, pues esa multa inmediata de 200 euros y 3 puntos es un argumento de peso para abandonar esta costumbre. Quizás la verdadera solidaridad no sea ayudar a otro a evitar una multa, sino contribuir a que las carreteras sean un lugar más seguro.

La conducción responsable va mucho más allá de evitar sanciones. Se trata de entender que las normas de circulación están diseñadas para protegernos, aunque a veces nos resulten incómodas. La DGT insiste en que el objetivo final es cero víctimas, y la única forma de colaborar es cumpliendo las reglas del juego, nos guste más o nos guste menos, porque en la carretera no estamos solos y cada decisión cuenta.

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