Las albóndigas de pollo son un plato que nunca falla y que puedes preparar en casa sin necesidad de complicarte demasiado. Son más ligeras que las tradicionales de ternera o cerdo, pero igual de sabrosas, y tienen la ventaja de que combinan con cualquier acompañamiento, ya sea con arroz, pasta, ensalada o una salsa casera. La clave está en que, con ingredientes básicos y un poco de organización, se consigue un resultado jugoso, lleno de sabor y perfecto para cualquier ocasión, ya sea una comida familiar o una cena rápida entre semana.
Si sigues una serie de pasos sencillos, verás que no hay misterio en su preparación. Lo único que necesitas es tener los ingredientes a mano y dedicar unos minutos a mezclarlos y darles forma. Con un par de trucos, como remojar el pan en leche o freírlas a la temperatura justa, tus albóndigas de pollo quedarán suaves por dentro y doradas por fuera. Es una receta accesible, práctica y muy agradecida porque gusta a todo el mundo.
1Ingredientes para unas deliciosas albóndigas de pollo

Debes tener listo medio kilo de carne de pollo picada, un huevo, un par de cucharadas de pan rallado y un chorrito de leche para darle jugosidad a la mezcla. No te puede faltar un diente de ajo picado muy fino y un poco de perejil fresco, además de sal y pimienta al gusto. Con estos básicos ya puedes hacer unas albóndigas deliciosas, pero si te apetece experimentar, también puedes añadir especias como pimentón dulce, comino o incluso un poco de curry para darle un giro más personal al plato.
Ten presente que organizar los ingredientes desde el inicio es fundamental para que la receta fluya sin interrupciones. Si vas a acompañarlas con salsa de tomate, lo mejor es que la prepares con antelación o incluso uses una casera que tengas congelada, de manera que cuando las albóndigas de pollo estén listas, puedas pasarlas directamente a la salsa y dejar que absorban todos esos sabores. Una buena guarnición también hará la diferencia, ya sea con pasta, arroz blanco o unas verduras salteadas.