Ángela Quintas (53), nutricionista: «Cuando los niveles de cortisol se disparan, las personas suelen tender a comer alimentos «que crujan»»

El cortisol es la hormona que se activa en momentos de estrés, y al activarse puede generar muchos reacciones en nuestro cuerpo. La nutricionista Ángela Quintas nos explica cuáles son esos cambios y porqué ocurren.

El cortisol, esa hormona que se activa en situaciones de estrés, puede tener un papel mucho más importante en nuestra relación con la comida de lo que imaginamos. En una entrevista reciente en ‘Hora 25’ de la cadena SER, la nutricionista Ángela Quintas explicó cómo los picos de cortisol alteran nuestros hábitos alimenticios, llevándonos a buscar alimentos que “crujan”. Esa necesidad repentina de comer algo salado, dulce o ultraprocesado no siempre tiene que ver con el hambre real, sino con un intento inconsciente del cuerpo de aliviar tensiones internas.

Durante la conversación con Aimar Bretos, Quintas dejó claro que el cuerpo envía señales constantes que debemos aprender a interpretar. Sin embargo, cuando el cortisol se dispara, esas señales pueden confundirnos. Es entonces cuando surge el llamado “hambre emocional”, una sensación que no responde a necesidades fisiológicas sino a un intento de regular nuestras emociones a través de la comida. Identificar esa diferencia, dice la experta, es esencial para evitar caer en ciclos de ansiedad, culpa y sobrealimentación.

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Comer con consciencia: el antídoto contra el exceso de cortisol

“Alimentarse conscientemente”. Fuente: Pexels
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El cortisol seguirá formando parte de nuestra vida, porque el estrés no se puede eliminar por completo. Sin embargo, podemos aprender a convivir con él de una forma más saludable. Ángela Quintas recuerda que una alimentación equilibrada, basada en frutas, verduras y proteínas de calidad, ayuda a estabilizar los niveles de esta hormona y a mantener un estado emocional más constante. No se trata de prohibir los caprichos, sino de saber cuándo y por qué los tenemos.

Al final, el mensaje de Quintas en ‘Hora 25’ va más allá de la nutrición, nos invita a entender la relación entre mente, cuerpo y comida. El cortisol puede alterar nuestro apetito, pero también puede ser una señal de que necesitamos descansar, desconectar o simplemente cuidarnos mejor. En lugar de buscar consuelo en una bolsa de patatas fritas, tal vez el verdadero placer esté en recuperar el equilibrio interior.

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