«Si te duele aquí en la espalda no es una contractura, es tu páncreas y es preocupante» Alejandro Peresa (42), oncólogo, avisa sobre el primer síntoma 1 año antes

La dieta alta en grasas, azúcares y el consumo de alcohol son los principales factores que provocan la inflamación silenciosa de este órgano vital. Prestar atención a otras señales como malas digestiones, náuseas o cambios en las heces es clave para detectar a tiempo una disfunción pancreática.

Ese molesto dolor en la zona media de la espalda que achacas a una mala postura podría ser, en realidad, la primera señal de aviso de tu páncreas. Lo que a menudo confundimos con una simple contractura, según advierte el oncólogo Alejandro Peresa, puede ser un síntoma temprano de inflamación en este órgano vital, manifestándose incluso un año antes de que el problema se agrave. ¿Estamos escuchando realmente a nuestro cuerpo o simplemente ignorando sus gritos de auxilio?

La advertencia de este especialista es clara y directa, y nos obliga a replantearnos esas molestias persistentes que no desaparecen. Lejos de ser un problema muscular, esa punzada localizada en la espalda a menudo es un dolor referido del páncreas, una glándula que sufre en silencio por nuestros hábitos diarios. Comprender esta conexión es el primer paso para evitar complicaciones serias, tal como insiste Peresa al señalar este síntoma como «preocupante».

¿POR QUÉ MI ESPALDA GRITA LO QUE MI ABDOMEN CALLA?

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Este fenómeno ocurre porque los nervios que recogen la sensibilidad del páncreas comparten rutas en la médula espinal con los nervios de la piel y los músculos de la espalda. Por esta razón, el cerebro interpreta erróneamente que el origen del dolor es muscular y no visceral, llevándonos a buscar soluciones en masajes o antiinflamatorios que nunca resuelven la causa real de la molestia dorsal.

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La ubicación anatómica de esta glándula abdominal es clave para entender por qué se manifiesta de esta manera tan particular y engañosa. Al estar situado detrás del estómago y pegado a la columna vertebral, la inflamación del páncreas presiona directamente los nervios cercanos a la espalda, generando esa sensación de dolor sordo y constante que no se alivia con los cambios de postura. Es el lenguaje silencioso de un órgano pidiendo ayuda.

EL ENEMIGO INVISIBLE EN TU PLATO DIARIO

La alimentación moderna, llena de ultraprocesados y azúcares, es uno de los principales factores de riesgo que fuerzan a nuestro páncreas a trabajar al límite de su capacidad. Fuente: Freepik
La alimentación moderna, llena de ultraprocesados y azúcares, es uno de los principales factores de riesgo que fuerzan a nuestro páncreas a trabajar al límite de su capacidad. Fuente: Freepik

Comidas copiosas, ricas en grasas saturadas, obligan a este órgano a producir una cantidad ingente de enzimas para poder digerirlas. Tal como explica Alejandro Peresa, este sobreesfuerzo continuado puede derivar en una inflamación aguda o pancreatitis, una condición que se gesta lentamente y cuyo primer aviso suele ser ese dolor de espalda que ignoramos. Cuidar lo que comemos es cuidar directamente la salud pancreática.

El consumo habitual de alcohol y bebidas azucaradas también representa una agresión directa y constante contra este órgano tan sensible. Estos hábitos no solo aumentan la carga de trabajo del páncreas, sino que también generan un estado de inflamación crónica de bajo grado que deteriora sus células progresivamente, una situación que, según Peresa, es la antesala de problemas mucho más graves. El oncólogo lo tiene claro: lo que bebes importa, y mucho.

MÁS ALLÁ DEL DOLOR: LAS OTRAS SEÑALES QUE IGNORAS

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Fíjate si después de comer, especialmente si la comida ha sido grasa, sientes una extraña sensación de pesadez, náuseas o incluso hinchazón abdominal. Estos síntomas digestivos, pueden indicar que las enzimas pancreáticas no se están liberando correctamente para descomponer los alimentos, una disfunción que el oncólogo Alejandro Peresa vincula directamente con las primeras etapas de un problema en el páncreas.

Otro indicador que no debemos subestimar son los cambios inexplicables en nuestras deposiciones o una pérdida de peso no intencionada. Heces que flotan, de color más claro o de aspecto grasiento, pueden ser una señal de que las grasas no se están absorbiendo bien por un mal funcionamiento del páncreas, un síntoma que requiere atención médica inmediata para descartar patologías mayores. Escuchar estas pistas es vital.

CUANDO «DEJARLO PASAR» NO ES UNA OPCIÓN

La insistencia del doctor Peresa en no subestimar este dolor de espalda tiene una base muy sólida: ignorar las señales de un páncreas inflamado puede tener consecuencias muy serias. Fuente: Freepik
La insistencia del doctor Peresa en no subestimar este dolor de espalda tiene una base muy sólida: ignorar las señales de un páncreas inflamado puede tener consecuencias muy serias. Fuente: Freepik

Lo que empieza como una molestia puntual puede cronificarse si no se toman medidas para corregir los hábitos que lo provocan. Una pancreatitis crónica no solo causa dolor persistente, sino que puede destruir de forma irreversible el tejido del páncreas, afectando su capacidad para producir insulina y llevando al desarrollo de diabetes tipo 2. Es una pendiente resbaladiza que empieza con un simple dolor.

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El mensaje de alerta de Alejandro Peresa es contundente porque un daño continuado en esta glándula aumenta el riesgo de desarrollar patologías mucho más severas. El oncólogo advierte que la inflamación crónica es un factor de riesgo conocido para el cáncer de páncreas, uno de los tumores con peor pronóstico. Por eso, ese dolor en la espalda no es una tontería, es una oportunidad de actuar a tiempo.

TOMAR EL CONTROL: PEQUEÑOS GESTOS, GRANDES CAMBIOS

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Adoptar una dieta de estilo mediterráneo, rica en verduras, frutas, legumbres y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, es el primer gran paso. Este patrón alimenticio no solo es más amable con tu sistema digestivo, sino que reduce drásticamente la carga de trabajo y la inflamación del páncreas, permitiéndole regenerarse y funcionar de manera óptima, un consejo que el propio Peresa recomienda activamente.

Moderar al máximo el consumo de alcohol, eliminar las bebidas azucaradas y mantener un peso corporal saludable son los otros pilares fundamentales para proteger este órgano. No se trata de hacer cambios radicales de un día para otro, sino de introducir pequeñas mejoras sostenibles en el tiempo. Porque, como bien apunta el especialista, cuidar hoy de tu páncreas es la mejor inversión para tu salud de mañana, evitando que una simple señal de alarma se convierta en un problema irreversible.

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