Caminar puede parecer una acción tan simple que pocos se detienen a pensar en todo lo que puede aportar al cuerpo. Sin embargo, un estudio reciente ha sacudido las bases de la prevención médica al demostrar que no solo importa cuánto se camina, sino también cómo se hace. Según una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hong Kong, caminar rápido podría reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer, especialmente el de pulmón. Este hallazgo llega como una bocanada de aire fresco en un mundo donde el sedentarismo se ha convertido en un enemigo silencioso.
Los expertos analizaron datos de más de 430.000 personas del Biobanco del Reino Unido y validaron sus conclusiones con un grupo de voluntarios en Hong Kong. Lo sorprendente es que caminar rápido mostró una protección más sólida que simplemente caminar más tiempo. Es decir, la calidad del paso importa tanto o más que la cantidad. Así, la velocidad con la que una persona camina puede ser un indicador sencillo, accesible y poderoso para medir su salud general y su riesgo de padecer cáncer.
1Caminar rápido, un escudo natural contra el cáncer

Caminar rápido no solo activa los músculos, sino que también despierta mecanismos internos que ayudan al cuerpo a defenderse. Los investigadores descubrieron que quienes mantenían un paso ligero presentaban un riesgo global menor de cáncer, siendo el cáncer de pulmón el más beneficiado. De hecho, los participantes del Reino Unido que caminaban más rápido tenían un 13% menos de probabilidades de desarrollar cáncer, mientras que en el grupo de Hong Kong la reducción alcanzaba un impresionante 45%.
La protección fue especialmente notable en el caso del cáncer de pulmón, donde el riesgo se redujo hasta un 53%. Los científicos creen que caminar rápido estimula la función pulmonar, mejora la oxigenación y fortalece el sistema respiratorio. Pero además, se observó una disminución en los niveles de inflamación y una mejora en el metabolismo del colesterol, lo que sugiere que este hábito cotidiano actúa en varios frentes a la vez, creando una barrera invisible contra la enfermedad.