La Unión de Militares de Tropa (UMT) denuncia con «absoluta contundencia la situación intolerable que se está viviendo en el hospital público Gómez Ulla, donde se exhibe un cartel anunciando “menús celíacos” pero, en la práctica, no se ofrece absolutamente ningún plato seguro para quienes padecen celiaquía. Estamos hablando de un centro sanitario sostenido con fondos públicos, que atiende tanto a personal militar como a civiles, y que debería ser un referente de cumplimiento normativo, no un ejemplo de abandono».
El hecho de que se reconozca abiertamente que no se sirven alimentos sin gluten porque no pueden garantizar la ausencia de contaminación cruzada «demuestra una dejación de funciones clamorosa. No solo se falta a la transparencia, sino que se pone directamente en riesgo la salud de quienes dependen de una dieta estricta para evitar daños físicos. Resulta todavía más insultante que la única alternativa en la cafetería sean bolsas de patatas fritas industriales y que no exista ni un solo producto envasado certificado. ¿Esa es la solución que una infraestructura sanitaria pública considera digna? ¿Eso es lo que se entiende por asistencia básica?», preguntan desde la UMT.
MENÚS MILITARES
La situación descrita en el Hospital Gómez Ulla no puede «considerarse un hecho aislado ni una mera falta de coordinación, sino la evidencia de una deficiencia estructural que debe abordarse sin demora. Un hospital público no puede proyectar una imagen de referencia mientras omite garantizar algo tan elemental como la seguridad alimentaria de pacientes con una patología crónica. Resulta exigible que se adopten medidas inmediatas para ofrecer alternativas reales y seguras, conforme a la normativa sanitaria vigente. De lo contrario, se estará aceptando tácitamente que la salud de determinados usuarios es secundaria, una circunstancia inadmisible en una institución sostenida con recursos públicos», añaden desde la UMT.
Esta denuncia se suma a la efectuada hace solo unos días por la UMT sobre la regulación de la recogida y análisis de drogas en orina para el personal de las Fuerzas Armadas, bajo supervisión visual.
El procedimiento que se aprobó con esta norma, establece que la recogida de la muestra debe realizarse bajo la observación directa de un testigo, siempre del mismo sexo que el interesado, quien debe comprobar visualmente la emisión de la orina. «Este requisito, impuesto como medida de control contra posibles fraudes, coloca a miles de militares en una situación de humillación, vulneración de la intimidad y atentado directo contra su dignidad personal y profesional», sostienen desde la UMT.
El Ministerio de Defensa afirma que la medida aprobada respeta la privacidad y la confidencialidad, pero la práctica real no es muy compatible con esa afirmación: obliga a los Militares a exponerse físicamente delante de un superior o compañero, «rompiendo cualquier noción de confianza y respeto mutuo en el seno de las Fuerzas Armadas», dice la UMT.
En pleno siglo XXI, desde la UMT añade que «mientras la sociedad española avanza hacia modelos de prevención basados en el respeto y la salud pública, el Ministerio de Defensa perpetúa un procedimiento más propio de épocas pasadas que de unas Fuerzas Armadas modernas y democráticas.
Desde la UMT «consideramos que este modelo de control criminaliza de forma preventiva al conjunto del personal militar, trata a la tropa como sospechosa permanente y deteriora la moral y la cohesión interna. En lugar de fomentar una cultura de responsabilidad y autocuidado, el procedimiento actual erosiona la confianza entre mandos y subordinados y proyecta una imagen de deshumanización de nuestros soldados.
TESTS DE SALIVA PARA MILITARES
La UMT subraya que la prevención del consumo de drogas no requiere vulnerar derechos fundamentales. Existen pruebas de saliva con validez contrastada, utilizadas con éxito en controles de tráfico y en otros cuerpos de seguridad, que ofrecen las siguientes ventajas: respetan la intimidad porque no requieren supervisión directa ni exposición del cuerpo. Son fiables y avaladas científicamente, detectando las mismas sustancias que los análisis de orina.
Además, para la UMT, los tests de saliva «simplifican la logística y eliminan la necesidad de largos protocolos de custodia y transporte de muestras. Reducen costes y agilizan los resultados, favoreciendo la eficacia operativa sin menoscabo de la dignidad del personal».
La UMT denuncia que «el Ministerio de Defensa ha ignorado deliberadamente las consecuencias humanas de este procedimiento, anteponiendo el control punitivo al respeto de los derechos de sus propios militares. No se puede construir unas Fuerzas Armadas modernas sobre la base de prácticas que denigran y avergüenzan al personal que sostiene la Defensa Nacional».
Por todo ello, «exigimos la retirada inmediata del actual protocolo de recogida de orina y la sustitución por sistemas alternativos como los test de saliva, que garantizan el equilibrio entre prevención, eficacia y respeto a la persona», añaden.
La UMT «no permitirá que la tropa y marinería siga siendo sometida a procedimientos indignos y ser tratados como sospechosos permanentes. Si el Ministerio de Defensa persiste en mantener este modelo, estudiaremos acciones legales y movilizaciones públicas para defender los derechos y la dignidad de quienes día a día sirven con lealtad a España».