Tus hormonas regulan absolutamente todo, desde tu humor hasta tu peso, y puede que las estés saboteando sin darte cuenta con un gesto tan cotidiano como calentar la comida. La endocrinóloga Elena Soto lanza una advertencia que resuena con fuerza, y es que al calentar la comida en ciertos recipientes de uso diario liberas un químico que interfiere directamente en tu sistema endocrino, un peligro silencioso que se esconde a plena vista en tu propia cocina. ¿Te imaginas cuál es?
Ese gesto inofensivo podría ser la causa de que te sientas sin energía o te cueste mantener tu peso. La doctora Soto, con más de veinte años de experiencia clínica, insiste en que el problema es más grave de lo que parece, ya que este químico sabotea tus hormonas y, según sus palabras, bloquea la función de la glándula tiroides de forma progresiva, afectando a todo tu metabolismo sin que lo sepas. Sigue leyendo y descubre de qué se trata y cómo protegerte.
EL ENEMIGO INVISIBLE QUE VIVE EN TU COCINA
¿Quién no ha utilizado uno de estos recipientes para llevarse la comida al trabajo? Son prácticos, ligeros y aparentemente inofensivos, pero muchos esconden una amenaza. Según la Dra. Elena Soto, el verdadero problema reside en que ciertos tuppers de plástico contienen compuestos como el Bisfenol A (BPA) o los ftalatos, sustancias químicas capaces de alterar por completo tu equilibrio hormonal y que se liberan en tus alimentos de una forma muy concreta.
Estos compuestos son conocidos como disruptores endocrinos, un nombre que ya nos da una pista de su poder. Lo que hacen es imitar la estructura de nuestras propias hormonas, y por eso se acoplan a los receptores celulares de nuestro cuerpo y envían señales incorrectas, confundiendo a nuestro sistema hormonal y generando un caos interno que, como advierte la doctora Soto, puede tener consecuencias a largo plazo para nuestra salud.
¿POR QUÉ EL CALOR ES EL DETONANTE DE TODO?

El plástico no es un material inerte, especialmente cuando se somete a cambios de temperatura. Al calentar uno de estos tuppers en el microondas, las partículas químicas se desprenden del recipiente, tal como explica la endocrinóloga Elena Soto. Este proceso, llamado lixiviación, provoca que el BPA y los ftalatos migren del plástico directamente a tu comida, contaminando así lo que vas a ingerir minutos después.
Una vez que ingieres estos alimentos, los químicos entran en tu torrente sanguíneo y empieza el sabotaje. La Dra. Soto es tajante al afirmar que «calientas la comida en esto todos los días sin saber que liberas un químico que sabotea tus hormonas«. Es la forma en la que estos compuestos nocivos se introducen en nuestro organismo para alterar la señalización hormonal, un problema que se acumula día tras día con cada comida calentada.
TIROIDES Y METABOLISMO: LAS GRANDES VÍCTIMAS
La glándula tiroides es el motor de nuestro metabolismo, pero es extremadamente sensible a las interferencias químicas. La advertencia de la Dra. Elena Soto sobre cómo este químico «bloquea la tiroides» no es una exageración, ya que el Bisfenol A puede ocupar los receptores de la hormona tiroidea impidiendo su correcto funcionamiento, lo que puede derivar en un hipotiroidismo subclínico cuyos síntomas son fatiga, aumento de peso o niebla mental.
Cuando la tiroides se ralentiza, tu metabolismo también lo hace, y aquí es donde muchos encuentran una explicación a sus dificultades para perder peso. La experiencia de la endocrinóloga confirma que un desajuste hormonal provocado por estos disruptores endocrinos puede hacer que tu cuerpo queme calorías de forma mucho más lenta, convirtiendo la gestión del peso en una batalla cuesta arriba a pesar de llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio.
MÁS ALLÁ DEL PESO: LOS EFECTOS QUE NO SE VEN

Puede que notes cambios de humor inexplicables, una falta de energía constante o incluso problemas de fertilidad. La Dra. Soto insiste en que no debemos subestimar el impacto de estos químicos, ya que la alteración del sistema endocrino afecta a la producción de estrógenos, testosterona y cortisol, hormonas clave para nuestro bienestar físico y mental, generando un efecto dominó en todo el organismo.
Este sabotaje silencioso a tus hormonas es una carrera de fondo con consecuencias que pueden manifestarse años después. Como subraya la doctora, «calientas la comida en esto todos los días sin saber que liberas un químico» que no solo te afecta ahora, sino que incrementa el riesgo de desarrollar problemas metabólicos y otras patologías crónicas en el futuro, comprometiendo tu calidad de vida a largo plazo si no se toman medidas.
RECUPERAR EL CONTROL: GESTOS SENCILLOS PARA PROTEGERTE
La solución más directa y efectiva es desterrar los tuppers de plástico de tu microondas para siempre. La recomendación final de la Dra. Elena Soto es clara y sencilla, y pasa por utilizar siempre recipientes de vidrio, cerámica o acero inoxidable para calentar la comida, materiales inertes y seguros que no liberan ninguna sustancia química perjudicial al ser calentados, manteniendo tus alimentos y tu salud hormonal a salvo.
No se trata de generar alarma, sino de tomar conciencia para tomar mejores decisiones en nuestro día a día. Cambiar un recipiente de plástico por uno de vidrio puede parecer un gesto insignificante, pero es un paso de gigante para cuidar tu sistema endocrino. Al final, proteger tu bienestar futuro depende de pequeñas acciones presentes, un cambio de hábito que tu cuerpo y tus hormonas te agradecerán enormemente.