Imagínate por un momento que es sábado por la tarde y has decidido renovar tu fondo de armario porque escuchaste sobre las nuevas ofertas en las tiendas de Primark o Zara. Pero, cuando llegas te encuentras con perchas vacías, clientes rebuscando en un cajón gigante con miles de prendas y un cartel de «2X1 a 9,99 euros». ¿Te resulta familiar?, resulta que todo esto no es mera casualidad y una ex-cajera de una de estas tiendas de «fast fashion» a quien llamaremos Sonia Cuesta, para no revelar su verdadera identidad, nos ha compartido el truco mejor guardado de estas marcas y que «hacen creer que hay desorden»; sin embargo, el trasfondo va más allá.
Y no solo nos quedamos nada más con eso, ya que investigando en las ramas del neuromarketing, todo esto comienza a cobrar sentido. Incluso, varios expertos en esta ciencia le dieron nombre a esta especie de estrategia y se le conoce como el «caos organizado». Esta práctica genera una leve sensación de urgencia que impulsa que las compras se hagan por miedo a perder la oferta o por la ansiedad generada por el estrés de que la oferta es por tiempo limitado y similares. ¿Y si te digo que el desorden que encuentras en Primark o cualquier otra tienda favorita, no es casualidad?, ¿me creerías?
3LA ÚLTIMA GANGA: EL FENÓMENO PSICOLÓGICO DEL NEUROMARKETING

La estrategia del neuromarketing «FOMO (fear of missing out)» es lo que muchos conocemos como esa «última ganga», un fenómeno psicológico que despierta la urgencia de no perder la oferta porque es «única» y no volverá a repetirse una igual jamás. Y tiene mucho sentido, tiendas como Zara o Primark lo hacen con frecuencia y nunca repiten las prendas. Por lo general siempre salen rápido de toda la temporada cuando está por finalizar para darle entrada a lo nuevo.
Y es aquí cuando los publicistas y expertos en marketing nos bombardean con frases como «últimas unidades», «hasta agotar el stock» o «solo por hoy». Este tipo de frases las puedes ver por todos los carteles y anuncios. Pero, si a esto le sumamos el desorden visual de estas tiendas fast fashion, hace que la ilusión de la «escasez» y el deseo de «encontrar algo que valga la pena» se eleven a su máxima expresión con la compra compulsiva. De esta forma, es que muchas personas compran por el placer de haber «ganado» una buena oferta y no por necesitar verdaderamente la prenda.