Investigadores españoles descubren una proteína que ayuda a perder grasa

Si te esfuerzas constantemente por perder grasa y aún no lo has logrado puede que los expertos tengan una solución para ti: una proteína que te ayuda con esta tarea sin necesidad de aguantar hambre ni hacer ejercicio de más.

Perder grasa siempre ha sido un objetivo complejo que va más allá de la estética. Implica salud, equilibrio y, sobre todo, constancia. Sin embargo, durante años, las estrategias más comunes se han centrado en restringir calorías, hacer ejercicio intenso o recurrir a medicamentos que suprimen el apetito. Ahora, un grupo de investigadores españoles parece haber encontrado como nueva clave una proteína capaz de activar el metabolismo y favorecer la pérdida de grasa sin necesidad de comer menos.

Se trata de la neuritina 1, una molécula que podría transformar por completo la forma en que entendemos el control del peso. Este hallazgo, liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona y publicado en ‘Nature Communications’, ha despertado un enorme interés en la comunidad científica. Y no es para menos, ya que las pruebas realizadas hasta ahora, aunque solo en animales, han mostrado resultados prometedores, pues los ratones con mayor presencia de esta proteína consumían más energía y acumulaban menos grasa corporal.

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Una nueva esperanza para la obesidad y la diabetes

“Una solución a la obesidad”. Fuente: Pexels

La posibilidad de perder grasa de esta forma no solo apunta a la estética, sino también a la salud. Los investigadores han comprobado que la neuritina no solo incrementa el gasto energético, sino que también mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la inflamación hepática, dos factores clave en enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 o el hígado graso.

Hasta hace poco, esta proteína estaba asociada únicamente al sistema nervioso, pero ahora se sabe que tiene un papel mucho más amplio. Al ser producida y liberada por los adipocitos pardos, influye directamente en la actividad mitocondrial, estimula los genes termogénicos y, en consecuencia, facilita la pérdida de grasa. Este descubrimiento podría marcar un antes y un después en la medicina metabólica, abriendo una vía completamente distinta a los tratamientos actuales.

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