La estafa del ‘hijo en apuros’ ha muerto: ahora usan la IA para hacer una videollamada con la cara de tu hijo pidiendo un rescate

El mensaje de WhatsApp pidiendo dinero urgente se ha quedado obsoleto, porque la nueva estafa que suplanta a nuestros hijos ya no se lee, se ve y se escucha. Imagina recibir una videollamada y que al otro lado aparezca su rostro, lleno de angustia, pidiendo ayuda económica inmediata; y es que la voz y el rostro de un familiar son ahora el arma del delincuente para ejecutar un engaño casi perfecto que te dejará helado. ¿Cómo diferenciar la realidad de la ficción cuando la ficción te mira a los ojos?

Ese timo que todos aprendimos a identificar ha evolucionado a una pesadilla tecnológica, una versión aterradora que deja atrás cualquier duda. La estafa del ‘hijo en apuros’ ha muerto para dar paso a un fraude mucho más sofisticado, pues ahora usan la inteligencia artificial para simular una videollamada en tiempo real con la cara de tu hijo mientras te piden un rescate. La pregunta ya no es si el mensaje es real, sino si la persona que estás viendo en la pantalla de tu móvil lo es.

¿POR QUÉ HA DEJADO DE FUNCIONAR EL MENSAJE DE TEXTO?

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Nos habíamos acostumbrado a la alerta, a ese mensaje sospechoso de un número desconocido que decía ser nuestro hijo con el móvil roto. Las campañas de concienciación funcionaron y el factor sorpresa desapareció, ya que la repetición masiva de la alerta en medios y redes sociales nos hizo desconfiar por sistema de este tipo de timo. La incredulidad se convirtió en nuestra primera línea de defensa, pero los criminales ya estaban preparando su siguiente movimiento.

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Además, el método antiguo tenía una debilidad estructural evidente: la falta de pruebas creíbles. Un simple mensaje de texto es fácil de ignorar o cuestionar, pero ¿qué ocurre cuando la prueba es visual y auditiva? Este delito cibernético no conectaba a un nivel profundo, porque el antiguo método carecía del impacto emocional que genera ver y oír a un ser querido en una situación de peligro. Era una cuestión de tiempo que encontraran una forma de derribar también esa barrera.

EL SALTO A LA IMAGEN EN MOVIMIENTO: ASÍ ACTÚAN AHORA

La nueva versión de esta estafa no deja apenas margen para la duda, atacando directamente a nuestro instinto más primario: el de proteger a nuestros hijos. Fuente: Freepik
La nueva versión de esta estafa no deja apenas margen para la duda, atacando directamente a nuestro instinto más primario: el de proteger a nuestros hijos. Fuente: Freepik

Todo comienza con una llamada de vídeo entrecortada, con mala conexión, la excusa perfecta para que la imagen no sea nítida. De repente, durante unos segundos, ves la cara de tu hijo, suplicante, pidiendo dinero para salir de un problema gravísimo. Esta artimaña es devastadora, pues el delincuente utiliza un vídeo corto y de mala calidad para que no se aprecien los fallos del ‘deepfake’ que está utilizando. Esos pocos segundos son suficientes para sembrar el caos en tu mente.

La urgencia es la clave de su éxito. No te dan tiempo a pensar, a procesar lo que acabas de ver. La petición de dinero es inmediata, a través de una transferencia rápida a un número que te facilitan. Esta trampa digital se basa en anular tu juicio, ya que buscan generar un bloqueo mental inmediato apelando al instinto de protección de un padre o una madre. En ese estado de pánico, la lógica se desvanece y la estafa se consuma.

LA TECNOLOGÍA ‘DEEPFAKE’ AL ALCANCE DE CUALQUIERA

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Mucha gente cree que crear un vídeo falso de una persona requiere la tecnología de un estudio de Hollywood, pero la realidad es muy distinta. Hoy en día, existen aplicaciones y programas al alcance de cualquiera, porque un software accesible puede crear un vídeo falso convincente con solo unas pocas imágenes de una persona. Esta democratización de la tecnología ‘deepfake’ ha abierto la puerta a un nuevo tipo de suplantación de identidad mucho más peligrosa.

¿Y de dónde sacan el material para crear estos vídeos? La respuesta es tan simple como inquietante: de internet. Cada foto que nuestros hijos suben a sus perfiles, cada vídeo en el que aparecen, es oro para los delincuentes. Sin saberlo, nuestras propias redes sociales se convierten en el catálogo de donde extraen el material para este ciberdelito, alimentando el arma que usarán para esta cruel estafa de la videollamada.

«PENSÉ QUE ERA ÉL»: LAS CLAVES PSICOLÓGICAS DEL ENGAÑO

El verdadero éxito de esta estafa no reside en la perfección técnica, sino en su habilidad para manipular nuestra mente y explotar nuestras emociones más profundas. Fuente: Freepik
El verdadero éxito de esta estafa no reside en la perfección técnica, sino en su habilidad para manipular nuestra mente y explotar nuestras emociones más profundas. Fuente: Freepik

Cuando un padre o una madre ve a su hijo en apuros, el cerebro entra en modo emergencia. No hay tiempo para el escepticismo ni para analizar los detalles de la imagen, solo para actuar. Este fraude online funciona porque el pánico anula nuestra capacidad de análisis y nos hace actuar de forma irracional. Los estafadores no necesitan un ‘deepfake’ perfecto, solo uno lo suficientemente bueno para activar esa respuesta instintiva.

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Estamos biológicamente condicionados para creer lo que vemos. La combinación de la imagen de un ser querido con el sonido de su voz pidiendo ayuda es casi imposible de ignorar. Este timo telefónico mejorado con IA es letal, porque nuestro cerebro está programado para confiar en lo que ve y oye, desactivando las alarmas internas que podrían detectar el fraude. Te dicen que tu hijo necesita un rescate y, al ver su cara, tu corazón lo cree sin dudar.

¿ESTAMOS INDEFENSOS? CÓMO PROTEGERNOS DE LA NUEVA AMENAZA

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La regla de oro sigue siendo la misma que con el timo por mensaje: mantener la calma y verificar. Si recibes una videollamada así, lo primero es cortar la comunicación y llamar tú mismo a tu hijo. Aunque parezca obvio, la mejor defensa es colgar y contactar con nuestro hijo a través de su número de siempre. Si no contesta, llama a un amigo suyo o a otro familiar para confirmar dónde está antes de dar cualquier paso.

Ante este nuevo engaño digital, una medida de seguridad adicional puede ser la salvación. Habla con tu familia y cread una especie de «contraseña» o «palabra segura» que solo vosotros conozcáis. De este modo, ante una situación de emergencia real o simulada, establecer una palabra de seguridad familiar es un método infalible para verificar la identidad en una emergencia, una barrera imposible de sortear para este fraude tecnológico.

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