La paciencia del Ministerio de Defensa se ha agotado. La titular de la cartera, Margarita Robles, protagonizó este martes una inusual y tensa visita a la sede de Indra, empresa que lidera el consorcio encargado de fabricar el blindado de combate sobre ruedas (VCR) 8×8 ‘Dragón’ para el Ejército de Tierra. El objetivo del encuentro fue transmitir de forma directa la «preocupación» ministerial por los «sucesivos retrasos» del programa y lanzar una advertencia sin precedentes: ante el incumplimiento, Defensa «se reserva las acciones oportunas».
La reunión, que tuvo lugar por la tarde en las oficinas de Indra, elevó la crisis del blindado ‘Dragón’ a la máxima cúpula empresarial y militar. Robles estuvo flanqueada por la secretaria de Estado de Defensa y por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), reforzando el mensaje de unidad y firmeza institucional. Frente a ellos, el equipo directivo de Indra, encabezado por su presidente, Ángel Escribano, el CEO, José Vicente de los Mozos, y el director de tecnología, Manuel Escalante.
La visita se produce en un momento crítico. El contrato, valorado en unos 2.000 millones de euros para el suministro de 348 vehículos, se firmó el 25 de agosto de 2020 con el consorcio Tess Defence. A pesar de contemplar entregas progresivas hasta 2030, el proyecto acumula ya casi dos años de demora respecto a los plazos iniciales, poniendo en jaque la modernización de las capacidades operativas terrestres de España.

CRISIS DE GESTIÓN: LA «GUERRA DE INTERESES»
El ‘Dragón’, el programa de Defensa más ambicioso de nuestro Ejército junto con las fragatas F-110 y los submarinos S-81 de Navantia, parece abocado a un nuevo retraso. La situación es paradójica, pues Indra tomó el control (51,01%) de Tess Defence a finales del pasado mes de octubre DE 2024, precisamente para «subsanar la demora» y agilizar las entregas. Este consorcio incluye a empresas clave como Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas.
Sin embargo, el cambio de liderazgo no ha resuelto los problemas internos. Los «fallos» reportados en las entregas no son atribuibles a un único sistema técnico, sino a una profunda crisis de gestión y contractual. Según fuentes cercanas el Ejército de Tierra señalan que ha la elección de la torreta que debe equipar el blindado es bastante polémica por los fallos que acumula, quitando una capacidad de Defensa importante.
El conflicto ha degenerado en una «guerra de intereses» entre los socios del consorcio, con acusaciones mutuas de responsabilidad. Mientras Santa Bárbara Sistemas ha logrado completar varios chasis del ‘Dragón’ 8×8, estos vehículos permanecen inmovilizados, sin ser transferidos al Ejército, a la espera de una decisión sobre su armamento. Es, en esencia, un problema de falta de acuerdo que ha paralizado un proyecto esencial para la Defensa nacional.
A la pugna interna se sumó en su día otro problema que generó un importante revés al proyecto. Ese escollo hacía referencia a un «grave problema entre el motor y la transmisión» de los vehículos. Este incidente desató un «gran enfado» en las filas castrenses y sumió al Ministerio, ya desconcertado, en una mayor incertidumbre sobre cómo gestionar el enésimo incumplimiento.
Este historial de incumplimientos ya tuvo consecuencias tangibles. El Economista informó que Defensa impuso en su día una multa de 6 millones de euros a Tess Defence por no haber respetado los plazos pactados.

CONTEXTO DE REARME URGENTE DE ESPAÑA
Los retrasos en el ‘Dragón’ son doblemente graves en el contexto geopolítico actual. El Gobierno de Pedro Sánchez ha impulsado un ritmo frenético de rearme del Ejército español, en respuesta directa a la Guerra de Ucrania, las crecientes exigencias de la OTAN y la necesidad de reforzar la vigilancia de la frontera sur ante el «peligro marroquí.
El ‘Dragón’ es considerado por el Ministerio como un pilar fundamental del plan de renovación de las Fuerzas Armadas, siendo clave para:
- Apoyo a la Infantería y Artillería: Mejorar la capacidad de despliegue y apoyo, un aspecto que requiere urgencia frente a las modernizaciones realizadas por países vecinos como Marruecos.
- Operaciones Internacionales: Ser la plataforma esencial para la participación en misiones de la OTAN o de la ONU.
- Defensa Territorial: Reforzar la capacidad de las guarniciones en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, pieza central de la estrategia de Defensa.
El retraso acumulado —casi dos años— compromete la capacidad de despliegue y transporte de los soldados. Ante esta situación, la titular de Defensa recurrió hace meses a una veterana del sector, Amparo Valcárcel, para que supervise el proyecto de forma personal.
La cúpula del Ejército de Tierra, si bien admite el tremendo malestar e «intranquilidad» por los plazos, prioriza la calidad: no quieren «ninguna prisa» y exigen que los vehículos lleguen «bien». Solo una decena de los VCR 8×8 han sido activados desde que el programa se puso en marcha, un escaso avance desde la concepción del proyecto, que se remonta a 2007.
