Desde los orígenes de la humanidad, los alimentos han sido nuestra fuente de energía, salud y, en muchos casos, de placer. A lo largo de los siglos hemos buscado la manera de comer mejor, de aprovechar lo que la naturaleza ofrece para fortalecer el cuerpo y prolongar la vida. Hoy, esa búsqueda ancestral tiene un aliado indiscutible que es la ciencia de la nutrición. Y un reciente estudio lo confirma con una revelación esperanzadora que afirma que aumentar la variedad de alimentos en nuestra dieta puede ayudarnos a vivir más y mejor.
Aunque ya sabemos mucho sobre calorías, proteínas o vitaminas, los expertos recuerdan que aún queda mucho por descubrir. Solemos escuchar qué alimentos debemos evitar, pero no tanto cuáles deberíamos sumar para mejorar nuestra salud. En ese contexto surge el concepto de biodiversidad alimentaria, que invita a ampliar la gama de productos que consumimos cada día. Porque no solo importa cuánto comemos, sino cuán diverso es lo que ponemos en el plato.
3Comer diferente para vivir mejor

Lo más interesante, según los investigadores, es que esta relación entre diversidad y longevidad es independiente de la calidad nutricional. Es decir, incluso quienes seguían dietas equilibradas como la mediterránea no necesariamente comían de forma diversa. Y ahí está el punto clave, pues la salud no solo depende de comer bien, sino de comer distinto.
Al incorporar más tipos de alimentos, aumentamos la cantidad de nutrientes y compuestos beneficiosos que llegan al organismo. También favorecemos una microbiota más equilibrada, lo que se traduce en un sistema inmunitario más fuerte y una mejor respuesta ante enfermedades. La conclusión, sencilla pero poderosa, es que aunque cumplamos con las recomendaciones de calorías o grupos alimenticios, sumar variedad en lo que comemos multiplica los beneficios.