Es común que muchas personas le echen la culpa a la dieta cuando los objetivos de pérdida de peso se ven estancados. Sin embargo, existe un factor que va más allá de tu alimentación, pero con ciertos hábitos puedes hacer que se incremente. Se trata del estrés conocido como el cortisol, una hormona que se libera rápidamente cuando se enfrentan situaciones bajo tensión física y emocional.
Además, el cortisol no es del todo malo, porque en niveles normales sirve como regulador del metabolismo, controla la inflamación y gestiona la presión arterial. No obstante, tener niveles elevados de cortisol en sangre provoca aumento de peso, cansancio, caída del cabelo y problemas digestivos. Del mismo modo el cortisol muy bajo causa debilidad, inapetencia, hipotermia y fatiga extrema.
1EL ESTRÉS NO TE PERMITE PERDER PESO POR MUCHAS RAZONES
En este contexto, reducir el estrés puede depender de muchos factores como el tipo de dieta, estado emocional y hasta económico. Pero, a través de la alimentación y buenos hábitos, como dormir bien y evitar los productos procesados, puedes aliviar los síntomas del estrés. Incluir alimentos ricos en magnesio como espinacas, almendras, aguacate son ideales para relajar el sistema nervioso por ser ricos en magnesio.
Por su parte, las frutas y verduras ricas en antioxidantes como las cerezas, fresas, arándanos, naranja y pimientos rojos, son muy recomendadas para reducir el estrés oxidativo que aumenta el cortisol en sangre. Por su parte las proteínas magras como el pollo, pescado blanco, huevos y legumbres mantienen los niveles de energía estables y ayudan al equilibrio hormonal. Además de integrar estos ingredientes a tu dieta, escuchar música relajante y tomar un tiempo para distraer la mente, es clave para alejar los niveles de estrés.