Estos son los desafíos de la Armada española para mejorar su capacidad de asalto

La situación geopolítica de España ha cambiado bruscamente tras la pandemia de 2020, la Guerra de Ucrania, con la amenaza rusa al frente, y la inversión militar de Marruecos hace que nuestro país se enfrente a nuevos retos en materia de Defensa y Seguridad. Dentro de esta nueva situación hay que poner en valor que la Armada española posee una joya estratégica insustituible: la Infantería de Marina (IM). Este cuerpo, el más antiguo de su clase en el mundo, no es un mero grupo de soldados embarcados; es el brazo ejecutor que permite a España proyectar su poder naval sobre tierra, convirtiendo la superioridad marítima en influencia real y tangible en muchas situaciones de conflicto.

Sin esta fuerza anfibia, la Armada Española se vería relegada a una función de vigilancia y control oceánico, perdiendo la capacidad esencial para intervenir en las zonas litorales, que en muchas ocasiones son el epicentro de los conflictos modernos, como puede ser el de ‘Perejil’. Por este motivo, la Infantería de Marina es la pieza que culmina la maniobra: la única capaz de desembarcar, establecer una cabeza de playa y llevar a cabo operaciones militares complejas sin depender de aeropuertos o puertos amigos previamente asegurados.

VALOR ESTRATÉGICO

La esencia de la Infantería de Marina reside en su naturaleza expedicionaria y su capacidad de ser una fuerza de primera respuesta ante cualquier crisis. El núcleo de este modo de combate de alta intensidad se llama Proyección del Poder Naval. Los modernos buques de asalto anfibio, con el L-61 Juan Carlos I a la cabeza, son plataformas navales flotantes, pero solo la Infantería de Marina puede traducir esa potencia en acción militar terrestre. Esto significa que la Brigada de Infantería de Marina “Tercio de Armada” (TEAR) no es simplemente una unidad de asalto, sino una fuerza orgánica y autónoma, capaz de desplegarse rápidamente y sostenerse a sí misma en combate o en operaciones de asistencia.

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Su adiestramiento de élite y su especialización anfibia le confieren un abanico de funciones críticas:

  • Disuasión por Incertidumbre: La sola existencia de una fuerza anfibia operativa genera una flexibilidad estratégica que el enemigo no puede ignorar. Una Armada con capacidad anfibia obliga al adversario a defender un vasto perímetro costero, debilitando su concentración defensiva. El enemigo nunca sabe dónde golpeará el desembarco, convirtiendo la amenaza potencial en un formidable elemento de disuasión.
  • Gestión de Crisis y Ayuda Humanitaria: En el contexto de catástrofes naturales o colapsos de seguridad, los infantes de Marina son a menudo la primera ayuda efectiva en llegar. Pueden ejecutar operaciones de Evacuación de No Combatientes (NEO), rescatando a ciudadanos españoles de zonas en conflicto, o distribuir ayuda humanitaria en lugares donde la infraestructura ha sido devastada. Su capacidad de operar desde el mar les permite sortear puertos destruidos y carreteras cortadas.
  • Seguridad Integral y Operaciones de Élite: El cuerpo se extiende más allá del combate anfibio puro. La Fuerza de Protección de la Armada (FUPRO) garantiza la seguridad de las bases navales y los buques. Además, la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) se posiciona como una de las unidades de operaciones especiales más preparadas de las Fuerzas Armadas, ejecutando misiones de alta exigencia, desde el contraterrorismo marítimo hasta la lucha contra la piratería.
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Visita del Rey a la Escuela de Infantería de Marina (Fuente: Agencias)

LOS RETOS DEL MINISTERIO DE DEFENSA

A pesar de su valor estratégico, el Ministerio de Defensa y la Armada se enfrentan a serios desafíos para asegurar la plena capacidad y modernización de esta fuerza de élite. Las barreras son de carácter financiero, tecnológico y doctrinal.

A. La Urgencia de la Modernización y los Medios

El principal desafío es la carrera contra el tiempo y el alto coste tecnológico:

  1. Envejecimiento de Vehículos Anfibios: Un punto crítico es la modernización de los Vehículos de Asalto Anfibio (AAV) y otros elementos de movilidad terrestre. En un escenario de conflicto moderno, estos vehículos deben mejorar drásticamente su velocidad, protección y capacidad de carga. Mantener equipos obsoletos compromete la seguridad de los infantes y la rapidez del desembarco, la esencia misma de una operación anfibia exitosa.
  2. El Horizonte de la Renovación Naval: Si bien el Juan Carlos I es un activo vital, la planificación a largo plazo obliga a pensar en el futuro. Será necesario iniciar la renovación o complementación de la flota de buques anfibios de acompañamiento a partir de la década de 2040. Asegurar la continuidad de esta capacidad es una decisión estratégica que debe tomarse con años de antelación.
  3. Integración de Armamento de Nueva Generación: El entorno litoral ha cambiado. Ahora es necesario integrar misiles antibuque desde la costa y sistemas de reconocimiento y combate con vehículos no tripulados. Este tipo de tecnología, fundamental para sobrevivir y dominar el área de desembarco, exige grandes partidas de inversión en I+D.
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El Rey Felipe VI preside la entrega los Reales Despachos de los nuevos sargentos de la LXXXIV promoción del Cuerpo General de la Armada y del Cuerpo de la Infantería de Marina. A 10 de julio de 2023 en San Fernando, Cádiz (Fuente: Agencias)

B. La Batalla Presupuestaria y la Prioridad Interna

Los problemas de financiación actúan como un lastre constante:

  • La Armada y la Infrafinanciación: Existe un debate recurrente dentro de las Fuerzas Armadas sobre la infrafinanciación histórica de la Armada en comparación con las otras ramas. Esto tiene un impacto directo en la Infantería de Marina, ya que los recursos se destinan prioritariamente a programas navales de gran envergadura (como las fragatas F-110 o los submarinos S-80).
  • Recursos Competitivos: Cada gran inversión en la Armada resta liquidez a los programas de modernización de la Infantería de Marina. Mantener la operatividad de los buques y los programas estratégicos de la Flota exige un gasto tan elevado que a menudo limita el margen para la compra de nuevos equipos y la mejora de la operatividad terrestre.

C. Adaptación Doctrinal y el Espíritu de Élite

Finalmente, la doctrina debe evolucionar para enfrentar un enemigo tecnológicamente sofisticado:

  • El Combate Litoral en la Era del Misil: La concentración de fuerzas en una única playa de desembarco es ahora una receta para el desastre. La doctrina anfibia debe migrar hacia tácticas más ágiles y dispersas, como los «raids anfibios» con embarcaciones rápidas, para evitar la amenaza de los modernos misiles antibuque y sistemas de defensa costera.
  • Personal y el Mantenimiento del Nivel: Aunque es una unidad de élite, la Infantería de Marina se enfrenta al reto de mantener la dotación completa de personal y asegurar que el material básico de todas sus unidades —desde el Tercio de Armada hasta la Fuerza de Protección— se mantenga en el más alto nivel de operatividad. Su «esencia expedicionaria» depende directamente de un entrenamiento incesante y de la disponibilidad de recursos.

En última instancia, la Infantería de Marina Española es el componente expedicionario de una potencia marítima. Es el único activo militar que garantiza que las decisiones estratégicas de España no se detienen en la línea de costa, sino que pueden proyectarse allí donde los intereses de la nación o sus compromisos con la OTAN lo demanden. Su futuro dependerá de la capacidad del Ministerio de Defensa para superar la barrera presupuestaria y asegurar la inversión necesaria para mantener esta herramienta única en la vanguardia tecnológica y doctrinal.

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