Los ertzainas rechazan las declaraciones del consejero vasco Zupiria

El Sindicato Profesional de la Ertzaintza (Si.P.E.) muestra «su absoluto rechazo a las declaraciones del consejero vasco de Seguridad, Bingen Zupiria, tras los graves incidentes ocurridos en Vitoria-Gasteiz durante las concentraciones del pasado domingo», dicen en un comunicado.

«Una vez más, el máximo responsable del Departamento de Seguridad ha demostrado estar completamente fuera de la realidad operativa y del día a día de los ertzainas que patrullan las calles, prefiriendo eludir responsabilidades antes que asumir las consecuencias de una planificación deficiente y una gestión política ineficaz», según el Si.P.E.

El propio consejero reconoció que “la Ertzaintza no logró garantizar la seguridad” en Vitoria, pero lejos de realizar una autocrítica sobre su gestión o la de su equipo directivo, «ha optado por señalar de forma indirecta a los agentes que intervinieron en los disturbios, cargando sobre ellos el peso de una situación que escapa a su control». Desde el Si.P.E., «consideramos que esta actitud es injusta, cobarde y profundamente desmoralizadora para quienes se juegan su integridad física al servicio de la ciudadanía».

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PRESUNCIÓN DE INOCENCIA PARA LOS ERTZAINAS

Desde el Si.P.E. recuerdan al consejero que «la presunción de inocencia es un derecho fundamental que asiste a cualquier ciudadano, incluidos los miembros de la Ertzaintza. Sin embargo, Bingen Zupiria parece tener dos varas de medir: una para los agentes de base, a los que no duda en poner a los pies de Bildu y del debate político, y otra muy distinta para los altos mandos y responsables del Departamento, a los que defiende y protege con una habilidad política que contrasta con su falta de compromiso operativo».

Resulta especialmente preocupante que el propio consejero admitiera públicamente no ser un “especialista en dispositivos policiales”, pero a la vez «se permita opinar y justificar decisiones que afectan directamente a la seguridad de los agentes y de la ciudadanía. Esa falta de conocimiento, unida a la ausencia de empatía con quienes están en la primera línea, explica buena parte de los errores que se repiten una y otra vez en situaciones como la vivida en Vitoria.

Cuando se está tan alejado de la realidad del patrullero, surgen declaraciones como las escuchadas en las últimas horas: declaraciones que pretenden salvar la imagen del Gobierno, pero que socavan la confianza, la moral y la dignidad de la plantilla de la Ertzaintza.
Falta de medios, exceso de discursos.

Los ertzainas que actuaron en Vitoria lo hicieron, como siempre, con profesionalidad, entrega y sentido del deber, pese a que los medios materiales y humanos disponibles eran claramente insuficientes. No hacen falta grandes comisiones de investigación para comprobarlo: basta con acercarse a las unidades, hablar con los agentes y mirar el estado real de los lanzadores, antitraumas y dotaciones de protección individual.

El Si.P.E. denuncia que, lejos de preocuparse por resolver estas carencias, el consejero y su entorno prefieren seguir confiando en quienes han demostrado poner en riesgo la integridad de sus subordinados. Esa falta de autocrítica, sumada a una gestión jerarquizada que prioriza la imagen política sobre la eficacia operativa, pone en peligro tanto a los agentes como a la ciudadanía.

Fiscalizar al ertzaina que se juega la vida en la calle y, al mismo tiempo, defender a quienes le exponen a esa situación es un acto de irresponsabilidad política y moral. Si el consejero no es capaz de garantizar los medios, la coordinación y el respaldo institucional que requiere la Ertzaintza, lo más digno que puede hacer es presentar su dimisión.

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RESPETO Y MEDIOS

Desde el Si.P.E. reiteramos nuestro total apoyo a los compañeros que intervinieron en los disturbios de Vitoria. Su actuación, pese a las dificultades y la falta de apoyo político, evitó un mal mayor y protegió a cientos de ciudadanos. Son ellos quienes, con profesionalidad y sacrificio, mantienen el orden en las calles mientras otros se dedican a buscar excusas.

La Ertzaintza no necesita discursos ni fotografías institucionales: necesita liderazgo, planificación y respeto. Necesita una dirección que escuche a los sindicatos, que reconozca los problemas reales y que se atreva a poner soluciones encima de la mesa. Si el Gobierno Vasco realmente quiere garantizar la seguridad en Euskadi, debe empezar por proteger a quienes la garantizan cada día: los ertzainas.

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