Los edulcorantes se han convertido en los grandes sustitutos del azúcar en la era moderna. Muchos los eligen pensando que son la opción más saludable para controlar el peso o evitar picos de glucosa, sin sospechar que podrían estar comprometiendo su salud cerebral. Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista ‘Neurology’ ha encendido las alarmas al revelar que el consumo habitual de ciertos edulcorantes podría acelerar el envejecimiento del cerebro y deteriorar la memoria.
El trabajo científico, liderado por la doctora Claudia Kimie Suemoto de la Universidad de São Paulo, analizó a más de 12.000 adultos durante ocho años y concluyó que quienes consumían más edulcorantes presentaban un deterioro cognitivo más rápido que quienes los evitaban. Este hallazgo sugiere que los edulcorantes, lejos de ser inocuos, podrían alterar la forma en que el cerebro procesa la información, afectando la fluidez verbal y la memoria a largo plazo.
2El microbioma, clave en la relación entre edulcorantes y cerebro

La doctora Rebecca Solch-Ottaiano, profesora adjunta de farmacología en la Universidad de Tulane, explicó a la revista ‘Health’ que los edulcorantes alteran el microbioma intestinal, el conjunto de microorganismos que habita en nuestro intestino y que influye directamente en el funcionamiento del cerebro. Según la especialista, estos cambios pueden provocar inflamación y modificar la actividad de las células inmunitarias cerebrales conocidas como microglía, aumentando así el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Aunque todavía se investiga el mecanismo exacto, los expertos coinciden en que los edulcorantes no son tan inocentes como parecen. Al alterar la flora intestinal, pueden desencadenar procesos inflamatorios que afectan al sistema nervioso. Por eso, recomiendan reducir el consumo tanto de azúcar como de sus sustitutos artificiales y optar por una dieta más natural, basada en alimentos integrales y ricos en fibra.