Dra. Laura Torres (44), infectóloga: «El dolor de cabeza repentino después de viajar puede revelar meningoencefalitis y debes ver a un médico ese mismo día»

El dolor de cabeza que aparece justo al volver de vacaciones podría ser mucho más que el cansancio del viaje, el jet lag o el estrés. En realidad, ignorar esta señal puede ser un grave error, ya que ciertas infecciones graves se manifiestan con una cefalea intensa y súbita que requiere atención médica inmediata. ¿Podrías diferenciarlo de una molestia común? La respuesta podría salvarte la vida.

Muchas personas lo atribuyen a una simple migraña y no le dan la importancia que merece, un error que puede tener consecuencias devastadoras. Sin embargo, este malestar podría ser la primera manifestación de un cuadro mucho más grave, pues la meningoencefalitis es una inflamación del cerebro y sus membranas con una alta tasa de mortalidad si no se trata a tiempo. Por eso, es fundamental conocer las señales.

¿UN SIMPLE RECUERDO DEL VIAJE O UNA SEÑAL DE ALARMA?

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Tras un vuelo largo o días de ajetreo, es normal sentir cierta presión en la sien o un cansancio generalizado que afecta a todo el cuerpo. La clave para no caer en la autocomplacencia está en la intensidad y los síntomas acompañantes, porque un dolor de cabeza explosivo y diferente a los habituales es un claro aviso de que algo no funciona correctamente en nuestro organismo y debemos actuar.

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Los viajes, especialmente a destinos exóticos con climas tropicales, nos exponen a patógenos a los que nuestro sistema inmune no está acostumbrado. Este nuevo entorno puede ser el origen del problema y no un simple malestar pasajero, ya que algunos virus y bacterias responsables de la meningoencefalitis son endémicos en ciertas zonas y se contraen con facilidad a través de picaduras o alimentos contaminados.

LOS SÍNTOMAS QUE NUNCA DEBES IGNORAR

No se trata solo de un dolor de cabeza insoportable; hay otros síntomas que actúan como cómplices y delatan la gravedad de la situación. La aparición de fiebre alta, una extraña e intensa rigidez en el cuello o una fotofobia extrema son banderas rojas que acompañan a esta grave dolencia craneal y que obligan a buscar ayuda médica de forma urgente y sin demora.

Otro signo altamente preocupante es la confusión mental o la aparición de vómitos repentinos, a menudo descritos como «en escopetazo», sin náuseas previas. Estos no son propios de una jaqueca común y agravan el dolor de cabeza, puesto que indican un aumento de la presión dentro del cráneo que puede dañar el cerebro de forma irreversible si no se interviene con celeridad.

MIGRAÑA VS. MENINGOENCEFALITIS: LA DIFERENCIA CRUCIAL

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Quienes sufren migrañas de forma crónica conocen bien sus síntomas: un dolor de cabeza de carácter pulsátil, que late, y a menudo localizado en un lado de la cabeza. Suele ir acompañado de auras visuales o náuseas que evolucionan de manera progresiva, pero la principal diferencia es que el patrón del dolor es familiar para el paciente y suele responder a su medicación habitual pautada por un especialista.

En cambio, la cefalea provocada por una meningoencefalitis es descrita por los pacientes como «el peor dolor de mi vida», una sensación completamente nueva. Es una experiencia brutalmente intensa que no se parece a nada vivido antes, porque la inflamación de las meninges irrita terminaciones nerviosas muy sensibles que no se activan durante un malestar común, por muy fuerte que este sea. Este dolor de cabeza es una emergencia.

¿POR QUÉ DESPUÉS DE UN VIAJE? EL FACTOR RIESGO

Los viajes internacionales, sobre todo a zonas rurales o con peores condiciones sanitarias, aumentan significativamente el riesgo de contraer infecciones que pueden provocar este tipo de dolor de cabeza. Desde picaduras de mosquitos portadores de virus hasta el consumo de agua o alimentos contaminados, las vías de contagio son múltiples y a menudo silenciosas durante el periodo de incubación, que puede durar varios días.

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Además, el propio viaje, con el estrés que conlleva, los cambios de horario y el agotamiento físico, puede debilitar nuestras defensas y desencadenar un dolor de cabeza severo. Esto nos hace mucho más vulnerables frente a patógenos que en condiciones normales no prosperarían, ya que un sistema inmunitario comprometido tiene más dificultades para combatir la infección inicial antes de que esta alcance el sistema nervioso central.

EL TIEMPO ES ORO: ACTUAR EL MISMO DÍA ES VITAL

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La doctora Torres, infectóloga con amplia experiencia, es tajante: ante la sospecha de un dolor de cabeza con estas características, no se puede esperar al día siguiente. Cada hora que pasa es crucial en el pronóstico de una meningoencefalitis, dado que un diagnóstico y tratamiento rápidos con antibióticos o antivirales pueden evitar secuelas neurológicas permanentes o incluso desenlaces fatales.

No se trata de caer en el alarmismo ante cualquier molestia, sino de aprender a escuchar a nuestro cuerpo y saber reconocer las señales que son claramente inusuales. Ese nuevo e insoportable dolor de cabeza que aparece tras un viaje no es una anécdota para contar a los amigos, sino el sistema inmunitario que tu propio organismo está emitiendo y que debes atender sin dudarlo un solo instante.

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