El dilema sobre la modernización de la flota de combate española ha puesto en el punto de mira una opción hasta hace poco inesperada: el caza de quinta generación turco TAI Kaan. Aunque el Ministerio de Defensa no ha oficializado ningún interés, el Kaan (anteriormente conocido como TF-X o MMU) se ha posicionado en el debate estratégico como una alternativa viable a la eterna incógnita del F-35 y como un posible «puente» ante los riesgos de retraso del programa europeo FCAS. Y es que la titular de Defensa, Margarita Robles, salió hace unos meses de Feindef 2025 «enamorada» de la industria militar del país otomano. En ese evento en concreto comenzó a fraguarse el interés español por los Kaan turcos, algo que ha evolucionado tras las últimas refriegas verbales entre España y Estados Unidos.
En referencia a esto, el interés de España en esta aeronave de desarrollo nacional turco se articula en torno a una combinación crítica de necesidades operacionales, ambiciones industriales y urgencia en la planificación de defensa. La necesidad de reemplazar aviones obsoletos y la búsqueda de autonomía tecnológica configuran el escenario perfecto para que el Kaan, con su prometedor calendario de entrada en servicio, sea considerado seriamente por los círculos militares y políticos.
RELLENAR EL VACIÓ AÉREO DE QUINTA GENERACIÓN
La principal fuerza motriz detrás del interés en el Kaan es la imperiosa necesidad de reemplazar una flota que se acerca al final de su vida útil.
Sustitución de aeronaves envejecidas, el Ejército del Aire y del Espacio requiere un sucesor para sus venerables F/A-18 Hornet, cuya retirada se acerca. Sin embargo, el desafío más acuciante recae en la Armada. Los aviones de despegue y aterrizaje vertical AV-8B Harrier II, operados desde el portahelicópteros L-61 Juan Carlos I, no tienen un reemplazo claro. La posibilidad de que el Kaan pueda desarrollar una versión V/STOL (despegue corto y aterrizaje vertical) o STOVL, aunque técnicamente compleja, lo convertiría automáticamente en un candidato crucial para la capacidad de proyección naval de España.
Alternativa al dominio estadounidense, la opción natural para reemplazar los Harrier siempre fue el caza furtivo estadounidense F-35 Lightning II en su variante B (STOVL). No obstante, la falta de una decisión política firme o un rechazo oficial a la compra del F-35 ha dejado un peligroso vacío de capacidad. El Kaan, al ofrecer características de quinta generación, emerge como una alternativa estratégica soberana, permitiendo a España explorar opciones fuera del control directo de Washington.
El «puente» hacia el FCAS, E¡el futuro de la aviación de combate europea pasa por el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), una colaboración a largo plazo entre España, Francia y Alemania. Dado que el FCAS no se espera que esté plenamente operativo hasta después de 2040, el riesgo de retrasos en un programa tan ambicioso es alto. El Kaan, con su previsión de que el modelo Block 10 entre en servicio en 2029 (ofreciendo capacidades iniciales), se presenta como una «solución intermedia» o un puente tecnológico que aseguraría la capacidad de superioridad aérea de España durante la década de 2030, cubriendo el hueco temporal hasta que el FCAS madure.

OPORTUNIDAD DE COLABORACIÓN INDUSTRIAL Y TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA
Más allá de la necesidad operativa, el Kaan es atractivo por las prometedoras ofertas de colaboración industrial de Turquía, un factor clave en la política de adquisiciones de defensa española.
Atracción de la transferencia tecnológica: El programa turco ha manifestado un interés explícito en la colaboración internacional, ofreciendo posibles acuerdos de coproducción y transferencia de tecnología. Para la industria de defensa española, esto representa una oportunidad significativa para adquirir know-how en áreas de vanguardia de la aviación avanzada, como la furtividad (stealth), la fusión de sensores y el diseño de aviones de nueva generación.
Sinergias existentes: La viabilidad de esta colaboración se sustenta en sinergias previas entre ambos países, como el diseño y construcción del portahelicópteros turco TCG Anadolu, basado en el diseño del buque español L-61 Juan Carlos I. Esta relación demuestra que los proyectos conjuntos de defensa entre Madrid y Ankara son factibles.
Desarrollo de capacidades de quinta generación: La participación en el programa Kaan, incluso como cliente o socio menor, permitiría a la industria española inyectar capital y experiencia, y asegurar que sus ingenieros adquieran experiencia directa en las tecnologías clave de la quinta generación, diversificando su exposición más allá del programa FCAS.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE ESTAS NAVES DE COMBATE
El Kaan, un caza bimotor y monoplaza diseñado para la superioridad aérea con capacidad aire-tierra, incorpora las «cinco claves» de la quinta generación:
- Furtividad (Stealth): Un diseño aerodinámico avanzado para reducir drásticamente su Sección Transversal de Radar (RCS).
- Supersónica Sostenida: Capacidad para alcanzar y mantener velocidades supersónicas sin el uso de postquemadores.
- Fusión de Sensores: Integración de datos avanzada de todos los sensores a bordo para proporcionar una imagen de la situación operativa sin precedentes.
- Aviónica Avanzada: Cabina de cristal de última generación y radares AESA (Active Electronically Scanned Array).
- Bahías Internas de Armamento: Reducción de la firma de radar al portar misiles y bombas en compartimentos internos.
Estas características lo convierten en una alternativa viable y potencialmente más económica que el F-35. Además, la diversificación de proveedores alejaría la dependencia de España de los sistemas críticos de Estados Unidos.
No obstante, el programa acarrea riesgos que no pueden ignorarse:
Riesgo por inmadurez y dependencia externa: El mayor riesgo es la inmadurez tecnológica. El Kaan es un proyecto ambicioso que apenas acaba de realizar su primer vuelo. El desarrollo completo de un caza de quinta generación es un proceso complejo y largo, lo que introduce un alto riesgo de retrasos y sobrecostes antes de alcanzar la validación operativa plena. Además, la dependencia inicial de motores General Electric F110 mantiene a Turquía (y a cualquier cliente) atada a posibles restricciones de exportación o veto político de Estados Unidos sobre componentes críticos.
Desafío logístico y furtividad cuestionada: Adquirir el Kaan supondría la creación de un ecosistema logístico, de mantenimiento y entrenamiento completamente nuevo (repuestos, simuladores, infraestructura). Este proceso sería complejo y extremadamente costoso. En el plano técnico, existen dudas sobre si el nivel de furtividad del Kaan puede compararse con el de los cazas de referencia (F-22 y F-35). Algunas estimaciones sugieren que su RCS podría ser significativamente mayor que el del F-35, un factor que limitaría su efectividad en entornos de alta amenaza. Finalmente, su integración en las redes de mando y control de la OTAN requerirá un esfuerzo adicional de interoperabilidad y certificación.
Ante este posible escenario, el TAI Kaan representa para España un arma de doble filo: una opción estratégica rápida, con potencial industrial y una tecnología de punta necesaria para el reemplazo de su envejecida flota. Sin embargo, es un proyecto con un riesgo de desarrollo no menor y dependencias externas que obligan a evaluar cuidadosamente si sus ventajas superan los desafíos de su integración en las Fuerzas Armadas españolas. El debate está servido en los pasillos de Defensa, pero Robles parece dispuesta a dejarse llevar por la ‘pasión turca’ tras este pasado verano.






